Mis ojos cristalizados, detenidos,
soy una estatua,
congelada, hecha piedra con tu tacto,
No debiste hacerlo, no soy tan valiosa,
más sin embargo lo hiciste, y te quedaste aquí,
recorriendo dilatado el contorno de las colinas de agua que se alzan sobre mis hombros;
La regadera llora sobre mí, y sus lágrimas se vuelven mías,
y entonces me convierto en barro, húmedo por el llanto, materializada solo por ti.
YOU ARE READING
AHOGADA
PoetryDe poemas, demonios y amores olvidados [TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS]°