DARÍO tiene dieciséis años, estudia en el instituto privado más elitista de Valencia y (casi) todos sus amigos se llaman Cayetano.
Una noche, Darío se cuela en una discoteca y tiene un encuentro con Salva... o más bien, un reencuentro.
SALVA también...
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(Imaginemos que esto es el club de tiro)
PELAYO: ¿Y esto?
DARÍO: Fijo que lo ha hecho Salva, ya reconozco su caligrafía. Y también he sido oficialmente expulsado del grupo de los Cazadores. Me jode no haberme ido yo, la verdad.
PELAYO: ¿Qué ha pasado?
DARÍO: Pues que he estallado. Ya sabes que Cayetano me estaba chantajeando con todo lo que sabe... hoy se ha cabreado por la pintada, ha empezado a insistirme y a meterse conmigo preguntando si la pintada la había hecho Salva. Yo me he cabreado también y he terminado por contárselo todo a Borja y Bosco.
PELAYO: Madre mía.
DARÍO: Ya me la suda todo, ¿sabes? Estoy harto de pasar por su aro todo el tiempo, de aguantar todas sus mierdas. Me da igual que cuente lo que sea en el instituto.
PELAYO: OLEEEEE !!!!!
DARÍO: Me ha costado hacerte caso...
PELAYO: Bueno, no es fácil. Estoy seguro de que irá todo bien. ¿Has hablado con Salva?
DARÍO: Le he escrito un texto larguísimo, pero no me ha contestado. Debe seguir enfadado conmigo...
PELAYO: Jo, es una pena. Por sus amigos, básicamente.
DARÍO: jajajaja
PELAYO: Estoy seguro de que si lo habláis en persona lo solucionaréis.
DARÍO: Ya, ni que lo jures. En fin, te dejo ya que tengo que ir a hablar con mi madre.
PELAYO: Ánimo, ya me contarás.
...: 18:40h
DARÍO: ¡¡¡SE ME HA OCURRIDO UNA IDEA!!!
Pero probablemente necesite tu ayuda.
*** 👀👀👀👀
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