Crimson Heart: El corazón escarlata

1. El Equipo de Pruebas del SPI (Parte 1)

0. Prólogo

El collar me preguntó si había una realidad de la que deseaba escapar.
Le contesté que sí.

No sé por qué, pero me sedujo su dulce voz.
Extendí el brazo, lo tomé y me lo puse alrededor del cuello.

Y, de repente, lo comprendí.
Quitarme el collar me resultó tan imposible como huir de la realidad.

Era una bendición y una maldición a la vez.
El legado de Refugia y sus cadenas.
Ese fue mi primer encuentro con El corazón escarlata.

Capítulo 1: El Equipo de Pruebas del SPI (Parte 1)

Qué aburrido.
¿Serán así todos los discursos conmemorativos?

"Han pasado diez años desde que perdimos a nuestra gran líder. Kim, la Portadora del Cambio. Siempre la recuerdo. Fue tan importante para todos nosotros. En verdad, fue alguien único".

Un altavoz gritaba en dirección a la plaza.
Yo quería taparme los oídos, pero, en cambio, metí las manos hasta el fondo de los bolsillos de mi chaqueta y las moví lentamente. Me invadió una ansiedad repentina. No quiero estar aquí. Quiero irme.
Pero no es posible.
Todos los estudiantes estábamos congregados en la plaza. Sentados con la misma ropa y la misma expresión en el rostro. Escuchamos pacientemente el tedioso discurso. Por un lado, me resultaba entretenido. Pero, a la vez, era asfixiante. Sentía que me faltaba el aire.
Por desgracia, que me levantara y saliera disparada de la plaza para escapar del hastío se consideraría una conducta inaceptable; como la que había tenido un año atrás, cuando, en un acto audaz, le pregunté a la profesora cómo era el mundo afuera de Refugia.
"...".
Qué gracioso, en serio.
Se me escapó una risa amarga.
El altavoz insensible siguió escupiendo sonidos lacerantes.

"Kim era muy sabia. Construyó un arca de esperanza en medio de este páramo de peligro, incertidumbre y barbarie. Esto es Refugia, nuestro hogar y nuestro amparo. Una ciudad que debemos proteger juntos".

¿Este lugar?
Refugia es una jaula.
Pero, tal vez, haya una pizca de verdad en lo que dice. Para algunas personas, quizá sea la ciudad más segura del mundo. Un hogar cálido y apacible. Pero no para mí. No tengo familia ni amigos. Nadie me vio crecer, y nadie me recordará a mí ni a mi trivial existencia. No tengo a nadie con quien contar, así que, para mí...
"¿Joana?". Alguien me llamó de repente.
Qué raro. Me di vuelta sorprendida. Lo primero que vi fue un rostro intranquilo. Era una chica con cabello rizado y pecas que estudiaba mi expresión facial.
Su cara me resultaba conocida. Estaba en el mismo grado y curso que yo, pero no recordaba su nombre.
"¿Quién eres...?", pregunté. Su cara pecosa se puso roja de vergüenza.
"¿Eh? Ah, me llamo Yojae".