Mil razones para amarte

Primera prueba

Al llegar me apresuro a ir a tocar la puerta pero antes unas niñas salen a toda prisa con chocolate embarrado en la cara, una de ella me pisa los pies y contengo la respiración del dolor, no hace mucho otro niño robusto de once año habia hecho lo mismo. Me endereso cuando una señora elegante viene caminando, al verme deja la mirada suspendida en mi por unos minutos, tal vez piensa si cumplo con sus perspectivas. Al parecer pase la evaluación porque me invita a pasar dentro de la casa. Ya adentro noto que hay mucho desorden; globos tirados en el suelo, mánteles  sucios y una cocina de cabeza. Me espera un largo trabajo. Dejo mis maletas a un lado y trato de no estar sorprendida, he llegado a ver casas de familias en peores condiciones. 

Dos niños vienen bajando las escaleras, sus pasos resuenan en toda la casa. 

—Queremos más chocolates—grita uno de ellos con un trozo de chocolate en la mano.

Su madre sonríe y se va a la cocina.

 El más pequeño se me acerca y me toma del pantalón, me dispongo a mirarlo y me arrepiento de inmediato, me mira con la mirada más tierna del universo.

—¿Eres nuestra nueva niñera?—me pregunta el mayor. No pasa de los ocho años. 

Asiento con la cabeza. 

—¿Sabes lo que le sucedió a la otra niñera? 

Niego con la cabeza. Entonces el niño pequeño procede a decir: 

—Salió de la casa gritando que había visto un monstruo, todas ellas gritan eso cuando ven a nuestro hermano.

 Me quedo callada hasta que la señora Lindon, su madre, aparece, con más chocolate para ellos.

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¿QUÉ LES PARECE?!!!!!