Caos, desesperación y sangre. Una sociedad en decadencia por la repentina aparición de un sistema omnipotente y omnisciente que otorgó poderes al azar a personas comunes que les obliga a pelear a muerte entre ellos. Sin conocer el propósito de este...
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Es raro, estoy sentado en una pared de concreto, mi cara me duele mucho a pesar de que siento demasiado frio, mis movimientos están limitados por una cadena gigantesca en el cuello que evita que pueda voltear la cabeza para ver que me rodea, ¿es de noche, ¿qué hago acá?
Trato de recordar mientras cierro mis ojos para concentrarme... iba a matar a.... y Raúl... ¡¡¡RAÚL!!!
_____ FUERZA ACTIVADA _____
¡¡¡MALDITO HIJO DE PERRA, LO VOY A MATAR POR VENDERME DE ESTA MANERA!!!
La rabia que tengo hace que me mueva bruscamente, sin embargo, vengo a la realidad muy rápido. Mierda, no tengo tiempo para pensar en ese tipo, ahora mi mayor amenaza es Víctor.
Mi misión primordial es escapar de este lugar.
Me levanto torpemente para librarme de todo, pero el metal tiene la medida exacta para que evitar mi postura erguida y solo me puedo arrodillar. Uso mis manos para ver si puedo sacarme el metal de mi cuello tratando de torcerlo con todas mis fuerzas. A pesar de que mi mano está poniéndose roja por el forcejeo, solo logro hacer mucho ruido, es inútil tratar de romper este collar con mis manos.
Reviso mis bolsillos. Solo mi celular se encuentra intacto, mi billetera se encuentra no habida. Bajo más mi mano para palpar mi pierna derecha. Nada, no está mi arma.
Me siento inseguro sin mi navaja a mi lado, estoy totalmente vulnerable. Desarmado, herido y aprisionado, creo que solo me queda la última opción: el dialogo.
Veo por todo el cuarto. Nada, no hay nadie vigilándome.
— ¿Estas acá Víctor?, quiero hablar contigo - digo con tono suave para empezar a negociar mi libertad.
A pesar de hablar, no consigo ni una respuesta, solo el silencio continuo de la noche.
Saco mi celular y pongo la cámara frontal para ver mi rostro. Mi frente se encuentra medio hundida. Me sorprende más la sangre que se secó que el estado de mi cerebro. Si puedo pensar con claridad, significa que no tengo que preocuparme por algún daño en mi materia gris.
Miro mi boca. Los labios quedaron inexistentes, donde deberían de estar hay piel roja con cicatrices marrones esparcidas en todos lados. Veo que varios de mis dientes frontales volaron por la paliza que me dio ese hijo de perra, pero mis encías parecen estar mejor, a la larga deberían de salir dientes... solo que "a la larga" significa sobrevivir hoy.
Sé que Víctor me quiere vender a un tal Jhuliam, pero no veo a ninguno de los 2 por acá, solo las luces naranjas de los postes de la calle iluminan el interior, pero no lo suficiente para que no pueda distinguir una caja con una persona. Es verdad, todo esto está lleno de cartón, ¿todavía seguimos en la empresa?
