Espectro

¿Qué sucedio?

Juliette

Iba por mitad del camino hacia la cafetería, cuando de repente volví a sentir esa mirada encima. Decidí voltearme a ver, pero no había nadie más que los vagabundos que rondaban por la zona como de costumbre.

Seguí mi camino, iba tranquila, no tenía miedo, pero si sentía algo raro, como si me estuvieran siguiendo.

Cuando me volteé de nuevo para asegurarme que no había nadie detrás, sentí un metal frio en mi estómago, como si me hubieran atravesado con algo.

Segundos después solo escuche como la persona que me había atacado corrió, junto con mi bolso en mano, pero no tenía la atención en ello, si no en mi vientre. Llevé mi mano izquierda donde sentía el ardor insoportable, y cuando vi mi mano estaba cubierta de sangre.

Intenté caminar lo más lejos posible para buscar ayuda, antes de perder la conciencia por la gran cantidad de sangre que estaba perdiendo, y justo cuando vi una silueta a la distancia, mis ojos se fueron cerrando poco a poco, hasta dejarme en una oscuridad abismal...

Horas después...

Cuando recobre la conciencia, lo primero que intente hacer fue abrir los ojos, pero aprecia que me pesaban demasiado como para lograrlo. Intenté levantarme de mi cama, pero me sentía débil, y fue cuando recordé lo que sucedió.

Me palpe el estómago, pero ya no había sangre, ni tampoco me dolía, es como si todo hubiera sido un sueño y nada de lo que paso hubiera ocurrido, pero había algo que no me convencía.

Y era como había llegado a mi casa, si ni siquiera tenía las llaves a mano. Incluso mi bolso estaba en el tocador de mi habitación.

Me incorporé como pude de la cama, y me dirigí al baño para lavarme el rostro. Cuando me vi al espejo, no me reconocí para nada. Estaba pálida, como si no tomara sol desde hace meses; mis ojos estaban tomando una tonalidad morada oscuro, mis brazos estaban fríos, al igual que todo mi cuerpo; y no sé en qué momento me había vuelto más delgada, ya que la piel sobrante que tenía en mi abdomen había desaparecido.

"¿Qué es esto?"- Pensé en cuanto me vi el hombro. Tenía una marca pequeña, pero reciente; la cual constaba de dos puntos pequeños, como si me hubiera clavado unas astillas de madera. Tenían un color oscuro, como si estuvieran llenos de tierra, pero en cuanto intente limpiarlos con un poco de agua, el dolor me detuvo.

Intente ignorarlo, ya que pudo haber sido Missy, mi gata, en la noche.

Seguí con mi rutina como lo hacía cada mañana. Preparé mi desayuno y el de Missy 3 mientras escuchaba las canciones de mi banda preferida, luego me dispuse a revisar mi correo a ver si había alguna noticia nueva de la pasantía por la que estaba aplicando en la compañía cercana a mi casa, pero no encontré nada.

Con un poco de tristeza por no recibir noticias sobre la empresa, decidí ir a tomar una ducha y luego disponerme a salir de la casa, para ir a la cafetería de mis padres a trabajar con ellos. En el fondo amaba estar ahí todo el día, pero también quería mi propia independencia, por eso estaba aplicando pasantías, y también por esa razón me estaba mudando sola por primera vez a mis 20 años.

Cuando había terminado de ducharme, ya eran las 8 de la mañana, por lo cual salí rápido de mi departamento para llegar a tiempo y abrir la cafetería. No sin antes revisar que Missy tuviera todo lo necesario para sobrevivir en el día.

Estaba a punto de iniciar mi camino cuando el mismo chico que se acercó a mí la noche anterior, apareció de nuevo.

Intente no prestarle atención, ya que estaba a unos metros de mí, sin embargo, me dio mala espina que estuviera en el mismo sitio de anoche, viéndome disimuladamente. No tenía intención de acercarme, así que continue mi recorrido hasta llegar a mi destino.