Una historia medieval sin dragones, ni bosques mágicos.
La historia de Tamara del Calvario del Río, la corregidora del Calvario del Río. Una niña que heredo un condado pobre en medio de la ruina y las ambiciones de su Vecinos. Sola, sin que nadie l...
la ola de calor del estío era muy fuerte. Amaneció con fuerte sol a las cuatro y media de la mañana. Los espejismos empezaron a bailar entre los nuevos sembradíos de hortalizas y frijoles. Era el día escogido por la condesa.No había general. La estrategia había sido mostrada por un dibujo en tierra, allá debajo de un cerezo en flor, junto a sus caballeros y a todos los que quisieron ver y escuchar..
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Todos eran de la idea de defender a como diera lugar el Alcázar.
La condesa lo aceptó solo como la parte complementaria de su plan. No hubo más reclamo.
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Nadie podía decir que no fue escuchado y aceptado. Así que se dispusieron a ejecutar.
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Era en el puente donde todo se debía ejecutar. Pues bueno. Era ya el tiempo de realizar.
Los hijos del desierto Habían llegado a sus tierras, con una inmensa caravana de carretas. Provisiones traían para meses, Caballos de repuestos, abundantes camellos y se veía qué traian armamento de muy buena calidad. Temor daban en las comarcas , olas de refugiados se mostraban en los caminos y paso. Definitivamente, eran Los antecesores de los cobardes westonzolanos ,mostraron su poca sangre, que siempre sería mala para mezclar con hombre y mujeres de valor y voluntad de trabajar. Música de panderetas y flautas, en la noche la brisa dejaba escuchar. Eran para amenizar los bailes que los generales traían, para sus placeres disfrutar.Los hijos del desierto para divertirse hicieron falsos ataques para asustar a la condesa, quien impávida desde las murallas contemplaba su accionar.
