2

110K 12.5K 17.9K
                                    

Bueno, no estás sola en esto, pero tampoco diríamos que estás muy bien acompañada...

Es... ¿Poe?

—Si te suelto no vas a gritar, ¿no? —me habla de nuevo contra el oído.

Oh por todos los cielos, creo que sí, porque al menos recuerdo su voz que se oye como un ronroneo elegante y juguetón; y el olor embriagador y peligroso que emana, como si estuviera usando un perfume muy caro pero distintivo capaz de atrapar y cegar a cualquiera cuando se escabulle por las fosas nasales.

Pero, ¿es posible?

—¿Vas a gritar o no? —insiste con cierta lentitud, aunque es obvio que a pesar de que hay dos opciones, todo se reduce a que sea "no". Así que niego con la cabeza—. Muy bien, entonces lo haré —dice como si me lo estuviera concediendo.

Apenas me suelta me giro para verlo, la figura está frente a mí:

Alto, portador de esa figura gallarda. Su cabello rubio dorado está empapado sobre su frente. Sus ojos que deben ser de un gris muy claro están oscurecidos por la noche turbia, pero aun así se nota lo felino de su mirada y lo fino y atractivo de sus rasgos. En especial, su boca delgada y curvada hacia arriba, siempre en un gesto de coquetería. Un astuto gato transformado en hombre para engañar y capturar a las almas tan indefensas como ratoncitos.

De acuerdo, de esa forma lo recuerdo, por lo que durante un momento mi angustia disminuye ante la idea de que pueda ser él, porque su cuerpo se ve definido y palpable, lo cual en cierto modo personificaría las confusas memorias que hay en mi cabeza, siendo una muestra de que no es posible que lo haya soñado todo.

Pero al otro segundo, el mismo hecho de que realmente se tratase de él, me aterroriza, porque en ese caso no sería solo Poe Verne, sino Poe, el mejor amigo, hermano y compañero de manada de Damián.

A quien yo maté.

¿A quien de verdad yo maté?

Me echo hacia atrás, presa del incomprensible y súbito miedo que me ataca, pero inevitablemente mis pasos se enredan por la tierra blanda y caigo de culo sobre el pasto mojado.

—¿Por qué huyes, pastelito? —lo oigo preguntarme con una falsa confusión a la vez que avanza lentamente—. ¿Te asusta verme? No creo ser tan feo como para causar algo así...

Me arrastro hacia atrás instintivamente al verlo acercarse. No es que esté amenazándome, pero se siente de esa forma. Y si se siente de esa forma es porque él sabe lo que hice, lo que me tiene los nervios de punta.

Aunque, si él lo sabe, ¿entonces fue real? ¿O esto también es mentira? ¿También despertaré en cualquier momento, de nuevo en mi habitación? ¿Es tal y como ha dicho mi "madre", que estoy demasiado cansada y mi mente está jugando conmigo?

No lo sé... Sigo sin saber qué es cierto o falso. No sé qué veo o qué imagino. Estoy tan confundida que la cabeza me da vueltas. Ahora todo a mi alrededor parece surreal, y muy espeluznante. Quiero vomitar.

—No, no parece que estés huyendo porque soy feo, ya que eso es imposible —Poe emite una risilla baja. La lóbrega y lluviosa noche ensombrece más su rostro a medida que se acerca, como un depredador experto—. Más bien parece que estás huyendo porque hiciste algo malo. A ver, ¿qué será? ¿O jugamos a adivinar?

—¿Esto es cier...cierto? —Las palabras me salen como tartamudeos de shock—... ¿Eres tú de v-verdad?

—No creo que haya ningún otro como yo. —Él alza los hombros con simpleza. La camisa blanca de botones que lleva puesta está tan empapada que se adhiere a las suaves pero torneadas líneas de su torso, haciéndolo más real—. Pero ese no es el juego. ¿O fingirás no recordar?

DAMIÁN - PARTE 2 © [subtítulo pendiente]Where stories live. Discover now