Capítulo 44

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Hola zorritos!

Me gustaría decir que no odio esta historia, y es verdad, no creo odio sea la palabra adecuada. Empecé escribiéndola con tanta ilusión, la amaba, porque era una historia que llevaba demasiados años pensando y dándole vueltas, tan compleja como política, y sabía que lo que tenía en mente era súper arriesgado por lo que debía encontrar el modo correcto de contarla. Y creo en los primeros capítulos se nota ese amor, porque hay frases y escenas que me resultan simplemente increíbles, y me entristece que eso en algún momento se haya perdido.

Ahora apenas puedo abrir el archivo y forzarme a avanzar, solo porque mi TOC no me permitiría abandonar tan cerca del final y ustedes también lo merecen si han llegado hasta aquí.

En algún momento, mientras escribía esta historia, tuve que despedirme de mi padre. Y en algún momento, entre tanto dolor e ira, algo se rompió en mis manos y simplemente no pude escribir más. Ese don que antes me resultaba tan familiar se esfumó, y por meses no fui capaz de pensar ni una palabra.

Estoy mejor, y me estoy recuperando, pero esta tomando más tiempo del que hubiera pensado. Luego de tantos meses, mis dedos simplemente están oxidados y ya no son los de antes. Nada que la práctica no pueda recuperar, pero tengo todavía un buen tramo por delante. Sobre todo si se trata de una historia que apenas puedo abrir porque sus páginas están manchadas con sangre.

Espero pronto poder darles lo que se merecen. Y tal vez algún día reescribir esto, del modo glorioso que había comenzado y debió ser.

Gracias por seguir aquí.

Xoxo,
Sofi

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Más de una vez, Rajnik se había preguntado cómo hubiera sido su vida si hubiera nacido más allá del desierto. Donde las montañas eran tan altas como el cielo y los zorros de las nieves corrían en la cruel noche. Más de una vez se había preguntado: ¿qué sobre el bosque? ¿O incluso la costa? No el mar. Su padre le había dicho una eternidad de veces que no estaban hechos para el agua.

Rajnik no lo dudaba.

¿Odiaría el calor como la gente de la Capital? ¿Encontraría el desierto tan poco atractivo como Lorcan? ¿Le importaría la arena de sus zapatos o debajo de sus uñas? ¿Las quemaduras solares, las mejillas enrojecidas y el viento traidor? ¿Ignoraría a los animales y a la madre naturaleza? ¿También los despreciaría?

¿Sería una traidora por decir aquello en voz alta?

Su Dios tuviera misericordia de todos ellos, realmente dudaba que hubiera una manera de no ser un traidor durante una guerra. Un pensamiento, una duda, una acción sin sentido podría considerarse entonces como traición. Actuar era tan malo como no actuar, porque incluso la neutralidad era un compromiso. Dejar actuar a los malos era tan malo como apoyarlos o aliarse con ellos.

Era demasiado joven cuando había comprendido por primera vez lo que realmente significaba ser una hija del Oeste. En lo que creía la gente del desierto. Cuando la tierra natal era atacada, el verdadero crimen de guerra sería simplemente dejar que sucediera.

Así que, de hecho, hubiera sido un error impedir que Kaia saliera de la casa y se uniera a los demás.

—Un hombre fue arrestado por amar a mi Gobernante —había dicho junto a la puerta—. Es lo mínimo protestar.

Rajnik no sabía nada de la situación actual en la Capital. Si debía ser honesta, tampoco le importaba. Los últimos días no parecían reales en absoluto. Tal vez finalmente había perdido la cabeza, increíble que su cordura hubiera durado tanto. ¿Habría sido diferente el presente si ella hubiera sido inteligente?

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⏰ Last updated: May 10 ⏰

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