47: Una pizca de demonio

96 21 2
                                    

Cainán B

Cuando pierdo el control de mis elecciones, me siento como niño berrinchudo. En cambio, si tengo total dominio de la situación, estoy tan relax y puedo acechar lo que sea. Aunque la primera opción ahora es más acertada, pues no puedo merodear a mi presa, ya que ella no está. Su corazón ni siquiera brilla.

Un aroma conocido llega a mis fosas nasales. Reconozco esa deliciosa fragancia, es hipnotizante. Sigo el rastro y ruego que este sea el final del camino.

Más vale que Elerick esté en su casa cuando la encuentre, porque no me humillé como estúpido para ser engañado por otro demonio.

—¿Cainán?

La veo ahí, con su vestido blanco, es hermosa. Está delante de un pequeño arco con dos columnas llenas de flores. Al fondo se puede ver el bosque. Corre hasta mí y me abraza, entonces el aroma se vuelve confuso.

—¿Adara?

«El corazón sigue sin brillar», advierte A, que es más meticuloso que yo con ese tipo de cosas, ya que la verdad es que a mí solo me interesa destripar.

De alguna forma nos complementamos.

Aunque, A es medio lerdo, pues el corazón ya está brillando, solo se tardó, qué estúpido. Aun así, sigue habiendo algo extraño en Adara, ¿qué será? La abrazo más fuerte para ver si reacciona.

Adara

—¿Dices que es por aquí? —Sigo al paralelo de Akil por el bosque.

No me queda otra que confiar. Además, me ha revelado todo lo que ha podido, aunque eso no significa que tras sacarle las cadenas no pueda traicionarme. No obstante, tengo la carta de que gracias a mi conexión con Tempest, quizás puedo liberar su alma también. Le conviene estar de mi lado.

El bosque se ve sumamente calmo, hay un poco de viento. Si no fuera por ese contorno violeta, en cada lugar al que voy, en el infierno, hasta pensaría que no me encuentro en este.

—Abajo. —No me responde la pregunta, pero nos escondemos detrás de unos arbustos.

—Excelente servicio —declaro con sarcasmo.

¡Un segundo! ¿Ese es Cainán? ¡¡Y se está abrazando con Tempest!!

—¿Por qué nos escondemos? —gruño, celosa.

¡¡Le voy a arrancar la cabeza a esa usurpadora!!

—¿No que era para viajar al mundo de los vivos? —insisto, ya que el híbrido no contesta a mis quejas.

—Si nos lanzamos sin un plan, puede tomar su forma original y aplastarnos —advierte—. Sin contar que debo obedecerla.

—Al fin te explicas, hombre. —Bufo—. Un segundo, ¿aplastarnos?

¿Acaso su forma bestial es gigante?

No me responde, así que insisto. Supongo que me odia por hablar tanto. Aunque quizás solo es por tener la cara de su dueña.

—Okey, fue pregunta estúpida —aclaro—. ¿Qué hacemos?

No puedo concentrarme viendo como esa maldita abraza a Cainán. Quiero arrancarle los brazos. Si queda una pizca de demonio en mí, es mi odio por esa mujer, no lo dudo.

—Podemos advertirle a tu noviecito —sugiere.

—Pero ella está ahí. —Me frustro.

Sonríe con malicia.

—¿Sabías que puedes morir una y mil veces en el infierno? Es a modo de tortura para el humano que se queda.

—¿Qué? —Quedo en shock—. ¿Por qué me estás diciendo eso?

Levanta su mano, sus dedos se agrandan en garras, las sombras de estas se reflejan en toda mi cara y él mantiene la sonrisa siniestra.

—Solo tenemos que hacerte sangrar un poco, y vas a ver cómo diferencia el olor de tu carne.

            —Solo tenemos que hacerte sangrar un poco, y vas a ver cómo diferencia el olor de tu carne

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Tú y yo paranormalWhere stories live. Discover now