CARTA DE AMOR, de Rhodea Blason

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  A vosotros... ¡amantes!:

          Sois un claro ejemplo de amor verdadero en estos tiempos en los que parece

que este profundo sentimiento ha desaparecido por completo. Puedo contemplaros

mientras percibo vuestro duradero enamoramiento que me hace querer ser como

vosotros llegada a mi vejez. Mis claros ojos, cegados por la luz solar de un frío día

de invierno, en los que las altas cumbres que rodean mi pequeña y hermosa aldea

permanecen cubiertas con el blanco manto de la nieve, pueden observar un mara-

villoso ejemplo de amor verdadero.

          Permanezco sentada junto al mar, mirando el vaivén de las olas rompiendo

contra las rocas y meciendo las pequeñas lanchas de pescadores amarradas a

tierra por el mal tiempo. Con sus vivaces colores conforman un fantástico cua-

dro del que cualquier pintor quisiera ser signatario. Es mi lugar favorito para

reflexionar sobre la vida, mis sentimientos, ...y, sobre todo, para respirar el aire

salino que desprende el amplio piélago marino que se abre ante mí.

          De pronto, en uno de esos momentos en los que me encontraba totalmente

ensimismada con mis pensamientos, creí percibir un leve movimiento lejano por

mi costado derecho. Pensé que se trataba de una elegante gaviota que viajaba al

ras del suelo, dejándose llevar por la brisa con la inmensidad de sus alas abiertas,

en busca de algún pez despistado con el que poder llenar su vacío estómago.

          Al volver ligeramente mi cabeza me sorprendió veros: una pareja de ancianos

que en un primer momento parecían ir de paseo. ¿Pero, con tan elevada edad, a

quién se le podría ocurrir pasear por aquel lugar?. Entonces pasé a concentrarme

totalmente en vosotros. Me embargaba la curiosidad: tú empujabas muy lentamen-

te la vieja silla de ruedas en la que tu esposa se sentaba. Tuve la suerte de que

os acomodarais en un banco de madera cercano a donde yo me encontraba. Con un

mimo que me sorprendió le colocaste a tu mujer la negra boina que traías en la

cabeza para protegerla del sol. En los puertos de mar existe la antigua creencia de

que el sol que brilla en los meses que llevan en su nombre la letra “r” es muy perjudi-

cial para la salud. Seguro que fuiste, en tu juventud y en tu vida laboral, un marinero.

En seguida me llamó la atención como te miraba embelesado, ... mujer. Se mostraba

plenamente atento a todos tus movimientos y se anticipaba con ávida rapidez a tus

necesidades. Te colocó tu bello pelo blanco debajo de la boina varias veces,

para que quien te observase te viera guapa. Tú,  ...hombre, la cogiste con firmeza

de las manos y con sumo cuidado la ayudaste en su frágil caminar a sentarse

sobre la dura superficie, no sin antes, ponerle un mullido cojín en el que ella

se acomodó bajo la sombra de un sauce llorón cuyas ramas le daban sombra.

          Te tapó tus delicadas piernas con una abrigosa manta polar color frambuesa

para que no pasases frío y se sentó a tu lado: ¡cómo dos quinceañeros!. Daba

placer contemplaros con la misma complicidad en vuestras miradas que en vues-

tra lejana juventud. De una bolsa de plástico sacó un trozo de pan y te hizo un

bocadillo, pero antes te dio a probar con mucho afecto un pedacito de jamón

cocido del mismo con el que rellenaría el panecillo que almorzarías. Primero te sirvió a tí,

¡cómo un caballero auténticamente enamorado!, y luego se hizo la misma vianda

para él. ...Y los dos comíais juntos la misma comida, y vivíais juntos vuestro gran

amor.

          Mientras os miraba con embelesamiento no dejaba de pensar si viviríais

juntos vuestra soledad, en un piso, en una residencia, ...¡qué más da!; me

pregunté, una y otra vez, si tendríais hijos o familia, de qué circunstancias se-

ríais protagonistas. No tengo respuestas, tampoco os quise preguntar. Pero sólo

mirándoos pude palpar claramente vuestras miradas de felicidad y vuestros

gestos de amor verdadero.

          Ojalá todas las personas que lean estas palabras sean partícipes de esa pasión y afecto

que es tan difícil de encontrar en la actualidad, pero que cuando se alcanza

se convierte en un amor cuya fortaleza consigue una unión firme y verdadera.                         

                                                                              Junto al mar, con amor

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⏰ Last updated: Apr 18, 2013 ⏰

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CARTA DE AMOR, de Rhodea BlasonWhere stories live. Discover now