Capítulo XI: Kate

690 66 21
                                    


     ¿Cómo pueden estar todos tomando fotografías de Kate mirando hacia el vacío? ¿Cómo pueden incluso reír y apostar con respecto a cuánto tardará Kate en saltar? ¿Es que nadie se da cuenta de lo que ocurre? ¿Por qué nadie hace nada? ¿Dónde diablos están Jefferson, Wells, o incluso el imbécil de David Madsen?

¿Qué puedo hacer yo? ¿Cómo puedo ayudar a Kate? ¿Qué pudo haber sucedido para que ella decidiera tomar esa decisión? ¿Qué...?

Mi mundo se viene abajo cuando Kate da el paso para saltar. Toda la multitud se une en un potente alarido de terror. La veo acortar la distancia que queda entre ella y el suelo. Mi reacción es instintiva e inmediata.

¡Retrocede, Max! ¡Retrocede!

Mi cabeza lanza una punzada de dolor, pero la molestia vale la pena. Kate ha vuelto al techo, aunque sé que el alivio durará sólo un par de minutos. Aunque consiga seguir rebobinando, nada impedirá que Kate salte al vacío. No puedo teletransportarme. No puedo hacer nada. ¿Debo dejar que ella muera, aún cuando le prometí que la ayudaría a salir adelante?

Tengo que retroceder nuevamente cuando Kate vuelve a saltar. Quisiera que esto me sirviera para descubrir cualquier cosa que haya pasado por alto, pero todo lo que puedo pensar es que no hay más alternativa que permitir que las cosas sigan su curso. Y yo no quiero permitirlo. No puedo permitirlo. Kate...

Ella vuelve a saltar y yo, dejándome llevar por la impotencia, sólo puedo gritar su nombre con toda la fuerza que poseo.

— ¡¡Kate!!

La fuerza de mi propia voz me obliga a dar un par de pasos hacia adelante, causando que Chloe y Warren me tomen por ambos brazos para evitar que yo rompa el cerco de mirones y eso pueda alterar a Kate. No estoy segura si se debe al tacto de ambos o a mi propia desesperación, pero puedo sentir que una onda de calidez se desprende de mi cuerpo a la par que una punzada de dolor ataca a mi corazón. Caigo de bruces al suelo, siendo atacada por fuertes escalofríos. Mi respiración se agita, llevando la contra a los latidos de mi corazón que se perciben anormalmente lentos. Mi nariz vuelve a sangrar. Sólo puedo incorporarme cuando las manos de Chloe me dan el soporte necesario. Ni bien miro hacia arriba para comprobar que Kate siga en el techo, me doy cuenta de que algo anormal ha pasado. Y decir la palabra anormal ya es algo redundante en mi situación.

Todo se ha detenido alrededor de nosotros. Las gotas de lluvia permanecen suspendidas en los aires. Las personas que nos rodean no pueden moverse. El tiempo ha quedado paralizado. Y nosotros tres, Chloe, Warren y yo, somos los únicos que no hemos salido afectados.

¿Por qué?

¿Por qué nosotros?

— ¡¡Max!!

El grito de Chloe me devuelve a la realidad, haciéndome percibir que el peso del aire ha cambiado igualmente. Todo es pesado. Denso. La gravedad aplica el triple de fuerza sobre nosotros. Warren parece estar al borde de un ataque de histeria. Chloe sabe ocultar demasiado bien que ella está en las mismas condiciones.

— ¿Qué...? ¿Qué es esto...? —dice Warren.

Nadie le responde. La única preocupación de Chloe es ayudarme a mantener el equilibrio. Enjugo la sangre de mi nariz con el dorso de la mano, pero inmediatamente vuelve a aparecer. Mi cabeza explotará esta vez, estoy segura.

—Max —llama Chloe insistentemente—. Max, ¿te encuentras bien?

—E-estoy bien... —Mentira. — Chloe... Kate... Tengo que...

Love is StrangeWhere stories live. Discover now