He venido por ti

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  - Sí, es mi hijo - contestó Manuel. - Pasen, por favor - el nudo que tenía en la garganta el señor Mendes, ahora también lo tenía en su estómago. - ¿Quienes son ellos? - preguntó Manuel, al ver dos grandes hombres vestidos de blanco. 

- Oh, tranquilo señor Mendes, ellos sólo sostendrán a Shawn, ya que la mayoría de los pacientes  se resisten a irse por su voluntad propia - 

El padre de Shawn asintió con la cabeza no muy seguro. - Sígame, los guiaré donde se encuentra mi hijo - murmuró el señor Mendes.

- Pero antes, quisiera hacerle unas preguntas más - comentó el joven Cameron.

- Claro, adelante - murmuró Manuel. 

- ¿Sólo los datos que no dio hace unas horas son los comportamientos que ha tenido su hijo? - preguntó Cameron. 

- Así es -

- Perdón, pero no pude anotar la edad de Shawn, ¿qué edad tiene? - volvió a preguntar Cameron.

- 19 años - susurró el señor Mendes.

- Bien, ahora sí, continuemos - finalizó Cameron. 

Manuel sólo se dedicaba a mirar al suelo, no quería ver a los hombres que se llevarían a su único hijo. Los guió hasta la habitación. 

Primero entró el señor Mendes, Cameron pidió a los hombres de blanco que esperaran afuera de la habitación. Al entrar Cameron cerró la puerta detrás de él.

Shawn hablaba tranquilamente con su Nana, hasta que vio a aquel hombre desconocido. 

- ¿Quien es él papá? - preguntó Shawn a su padre. 

- Él es Cameron Dallas hijo - su voz del señor Mendes se quebró. Cameron notó que su padre no estaba en condiciones de hablar, así que él prosiguió.

- Hola Shawn, mi nombre es Cameron Dallas - se presentó. - Vengo del hospital San Marcos, al parecer presentas alucinaciones y comportamientos raros últimamente - comentó Cameron. - y es por eso que he venido, he venido por ti, tu padre nos ha llamado muy preocupado, para que te ayudemos a atravesar esta situación - 

- ¿Qué? - Shawn miró a su padre. - Ese no es un hospital, es un psiquiátrico - habló firme Shawn. 

Cameron suspiró - A continuación procederemos a llevarte al psiquiátrico, si es que nos permite señor Mendes - Cameron miró al padre de Shawn, al igual que Shawn y Rebecca, esperando su respuesta.

El señor Mendes sólo asintió con la cabeza, sus ojos comenzaban a arderle, no podía evitar llorar, pero me forzaba a sí mismo para que las lágrimas no salieran. Shawn miró con dolor a su padre. 

Cameron se dirigió a la puerta y la abrió - Adelante - dijo. Entonces los dos hombres grandes de blanco entraron a la habitación. Shawn se puso de pie, los dos hombres se acercaron a él, el más moreno lo tomó del brazo derecho, inmediatamente Shawn se soltó de su agarre bruscamente.

- No me toques - habló molesto. Los hombres se vieron obligados a usar la fuerza. Ambos tomaron a Shawn de los brazos, con firmeza - ¡Quítenme las manos de encima! - gritó Shawn, mientras forcejeaba. Rebecca comenzó a llorar.

- Necesito su firma aquí señor Mendes - comentó Cameron, mientras le daba una pluma y extendía las hojas. 

Shawn miró a su padre - No lo hagas papá - rogó. 

- Perdóname hijo - sollozó su padre, mientras firmaba aquel papel.

- Llévenlo a la camioneta - ordenó Cameron. Los dos grandes hombres asintieron. Rebecca sollozó.

- ¡No, déjenme ir!, ¡No estoy loco, lo juro!, ¡Pregúntenle a Nana, ella también vio a esa horrible mujer! - gritó Shawn, desesperado. - ¡Diles Nana! - gritó. 

- Perdón mi niño, no vi nada - sollozó la mujer, diciendo la verdad. 

- ¡No!, ¡Déjenme ir!, ¡Papá, por favor! - gritó Shawn, mientras las lágrimas caían, empapando sus mejillas. Miró a su padre fijamente.

- Perdóname hijo es por tu bien - lo miró su padre, no pudo contener más las lágrimas y lloró, como en su vida lo había hecho.

- ¡No!, ¡No! - gritaba repetidas veces Shawn, mientras los hombres se dirigían a la puerta de la habitación, entonces rápidamente Shawn pisó con fuerza el pie del hombre más moreno y golpeó el estómago del otro, haciendo más suave su agarre. Shawn aprovechó el gran momento y con un fuerte y rápido movimiento se zafó del agarre de ambos sujetos y corrió, corrió bajando las escaleras, saltó cuando faltaban un par de escalones y se dirigió a la puerta. 

- ¡Shawn vuelve! - gritó su padre. Los dos grandes hombres comenzaron a bajar las escaleras lo más rápido que pudieron. 

Shawn abrió la puerta y el gélido aire le dio directo en el rostro. Continúo corriendo, estaba a unos metros de llegar al portal de su casa. Cuando alguien se estampa contra él, tlaqueandolo y tirándolo al piso. Shawn cerró los ojos con fuerza, aquel golpe le había dolido muchísimo. Estaba un poco aturdido.

La persona que lo había tlaqueado se subió en él, aprisionando el cuerpo de Shawn entre sus piernas.  

- ¡Rápido, traigan el sedante! - escuchó una voz femenina. 

- Suéltame, déjame ir - murmuró Shawn aún aturdido. Veía un poco borroso, poco a poco su vista iba volviendo. 

Entonces sintió un piquete en su brazo, instantes después comenzó a sentirse débil y con sueño. 

Cuando su vista volvió, sólo miró el rostro de la persona que estaba encima de él, era una chica, con grandes ojos oscuros, le costaba moverse, estaba muy débil, pero se sentía tranquilo.

- Listo, está sedado, pueden subirlo - comentó la chica a los dos hombres. 

Lo tomaron con cuidado de los brazos y lo levantaron, Shawn no podía sostener su propio peso, así que uno de ellos lo cargó, para después subirlo a la camioneta. 

- ¿Dónde está mi hijo? - preguntó alarmado el señor Mendes.

- Tranquilo señor, lo sedé, ya está en la camioneta - 

- ¿Cómo lo atrapaste? - preguntó Cameron. 

- No fue fácil, tuve que tlaquearlo - murmuró la chica. 

- ¿Quién eres tú? - preguntó el señor Mendes con un nudo en la garganta. 

- Oh, señor Mendes, ella es ___ Dallas, mi hermana, ella se hará cargo de su hijo, en nuestra mejor psiquiatra - habló Cameron - se lo aseguro, su hijo está en perfectas manos - 

La joven Dallas se sonrojó - Sé lo que me dirá, sólo soy una niña, y le diré algo, tal vez lo sea, pero a mis cortos 18 años de edad, me he graduado y he adquirido un título profesional a mi carrera que es la psiquiatría - comentó la joven, como si leyera los pensamientos del señor Mendes, el cual quedó con la boca abierta al escuchar tales logros. 

- Por favor, ayuda a mi hijo, al principio tal vez parezca duro, pero te aseguro que es más blando de lo que te imaginas - murmuró Manuel, sin contener las lágrimas. 

- Tranquilo señor, cuando su hijo esté listo, yo misma vendré a traerlo - sonrió la chica.

- Cuida mucho a mi niño por favor linda - sollozó Rebecca, a lo que ___ asintió y sonrió. 

- Podrán ir a visitarlo cada semana, con permiso, nos retiramos - avisó Cameron. 

Rebecca y el señor Mendes asintieron. 

Los hermanos Dallas subieron a la camioneta  partieron hacia el psiquiátrico San Marcos.



Psicótico|Shawn Mendes©Where stories live. Discover now