Capítulo 1 El principio

272 26 6
                                    

Estoy encerrado en un cuerpo débil. Un cuerpo mortal que no hace justicia a mi grandeza. Me levanto, como y duermo como si fuese igual al resto de personas. Como si mi existencia tuviese que estar escondida en el cerebro, en la parte más oscura del subconsciente. 

Nadie más lo sabe. Solo mi anfitriona y yo. Es una doble vida que lleva en secreto cargando conmigo como si yo no tuviese que cargar con ella. Como si se avergonzase de mí por mi osadía. Por mis consejos. Cuando todos dicen retrocede, yo la susurro adelante. Cuando todos dicen que abandone, yo le digo que arrase.

El mundo es demasiado peligroso como para andarse con medias tintas y yo… estoy encerrado contra mi voluntad en el cuerpo de una cobarde. De una niña que no está preparada para lo que soy ¿O debería decir para lo que es?

Porque ambas somos la misma persona, y sin embargo, no podríamos ser más diferentes. Odio no poder actuar, odio tener que dar consejos en lugar de obrar por mí misma. Odio esta prisión humana en la que me encerraron “por mi bien” como alegó mi padre.

Una niña, una mortal. Y yo, la parte en su cerebro que sabe la verdad. Esta niña nunca debió ser mortal, nunca debió ser criada por humanos, nunca debió derramar ninguna lágrima porque ella es una princesa destinada a ser reina.

Eso plantea nuevas interrogantes. ¿Cuánto tiempo tendré que esperar? ¿Cómo podré soportar la espera? ¿Cómo puedo aguantar a que una humana tome decisiones por mí que afecten a mi cuerpo y a mi persona? Si pudiese, la destrozaría. La haría reducirse en mi interior hasta que no fuese más que una idea en mi cerebro que intente recordar porqué una vez fue consciente.

Pero no puedo. Mi padre se encargó de bloquearme, mi madre le ayudó. Miedo a la guerra contra los Klextin. Estupideces, si por mi fuese… rompería todo. Destrozaría el infinito con tal de acabar con el universo y que nuestra raza sobreviviese en lugar de esconderme como una vulgar humana.

Tengo la experiencia de generaciones en mi cabeza y… estoy condenada a ver como una niña gobierna mi carne. Es más de lo que puedo soportar, es humillante, frustrante, injusto… Tengo ganas de llorar de rabia. De impotencia.

Es lo que me repito cuando voy hacia la luz mientras los sollozos salen de una garganta que no puedo controlar a lágrima viva.

—Felicidades pareja —murmura el doctor con alegría —tienen una hija preciosa.

Mientras tiende a la recién nacida en los brazos de una mujer agotada. La niña sigue gritando a pleno pulmón ante la felicidad de los presentes.

— ¿No es lo más bonito que has visto nunca? —Le preguntó Sergio a su mujer agarrando la mano del pequeño bebé.

—Lo más precioso —Confesó Vanesa — ¿Te he dicho ya lo mucho que te quiero?

—Y yo

<< ¿Podríais dejar de quereros tanto y darme algo más para taparme?>>

Aunque chillo con frustración, nadie puede oírme. De mi boca solo salen más y más lloros productos del frio, el miedo y la sensación de desamparo que gobierna a esta humana.

— ¿Cómo se llama la chica? —pregunta una de las enfermeras.

<<Arrebaxiosemaricontxeku>>

Tras mirar a su mujer con cariño, Sergio responde sin dudar.

—Emaleth. Su nombre es Emaleth.

Siete años después, aún estoy frustrada con la decisión que tomaron mis padres. Un cuerpo humano. Como si acaso fuese fácil convivir con ellos.

<< ¿Tan difícil es darle una patada fuerte? Así nunca lograremos sobreponernos frente a nuestros enemigos>>

—Lo intento, es que son muy rápidos. No puedo con ellos.

<<Llevas siete años conmigo, ¿Qué es lo que siempre te digo en este tipo de situaciones?>>

—Contra más fuerte sea el enemigo, más fuerte seré yo.

<<Ahora vete y demuestra de que estamos hechas las guerreras>>

Todo el mundo se quedó sorprendido cuando agotada como estaba, empecé a correr. O bueno, quizás era ella la que corría y yo la que la sostenía. No lo sé porque ambas somos la misma persona y nos necesitamos.

Marqué al rival al que teníamos que enfrentarnos y ella avanzó sin miedo ni duda. Confiábamos la una en la otra y estaba orgullosa de eso.

El pobre desgraciado ni siquiera esperaba ese ataque y no pudo defenderse cuando le quitamos el balón y corrimos a la portería.

<<Chuta, dispara>> ordené mientras dos contrincantes se acercaban peligrosamente a nosotras.

— ¡Goooooooool! —Chilló la muchedumbre formada en su mayoría por padres entusiasmados.

Retiré el sudor de mi frente y me volví sonriente hacia mis compañeros de equipo que venían corriendo a regalarme abrazos.

El sol seguía golpeando fuerte en mi cabeza, pero al mirarlo, sentía una paz interior que no tenía en ningún otro momento.

— ¿Qué piensas? —Me preguntó Emaleth.

<<Aún podemos ganar, solo necesitamos otro gol>>

—Pero estoy muy cansada.

<<Otro gol y descansarás como una heroína. Nosotras habremos salvado a nuestro equipo de una humillante derrota>>

— ¿Y no me puedo sentar un ratito?

Aún le quedaban energías, lo sabía porque también era mi cuerpo, pero presionarla no solía dar buen resultado. Era mucho mejor si…

<<Podemos sentarnos y descansar, aunque estoy segura de que si ganamos papá nos comprará un helado con tres bolas>>

— ¿Tres? —Preguntó incrédula.

<<Estoy convencida, mírale. Está deseando darte un premio por ganar un partido tan difícil como este. Pero podemos sentarnos y descansar. A mí me duelen las piernas un poco>>

—Pero Arreba —me preguntó acortando mi nombre como era su costumbre —¿Tú no quieres helado?

<<¡Oh si! Me muero por un helado, encima de tres bolas. Aunque estoy cansada. ¿Tú puedes correr? —la chica movió la cabeza afirmando —Bueno, pues si tú crees que podemos entonces vamos a ganar>>

La sonrisa que mostró su cara cuando metió el tercer gol, era la mía. Esa humana y yo teníamos el mismo rostro y la misma sonrisa. Habíamos vencido a un rival muy superior y cuando escogimos el helado, yo como premio me pedí una bola de vainilla.

__________________________________________________________________________________________________________________________

Todas las historias tienen un principio y Emaleth no podía ser menos. Dedicado a Victoria Kandisnky que se pegó la paliza de leer en un día todos mis escritos y hacerme saber su opinión. Te prometo que la semana que viene, toca Tártaro je je je je.

Gracias a todos aquellos que me votais después de leer y tomaros la molestia de comentar vuestras opiniones o críticas constructivas. Recordad que para votar es necesario pulsar la estrella a la derecha en la parte superior de la ventana (Ahora que han cambiado el formato).

No os olvideis que también podeis encontrarme en:

Mi blog: http://escritosgaelsolano.blogspot.com.

y en mi facebook como "www.facebook.com/Solano.gael" Donde cada vez somos más :-) Un abrazo a todos.

Dostali jste se na konec publikovaných kapitol.

⏰ Poslední aktualizace: Jan 08, 2014 ⏰

Přidej si tento příběh do své knihovny, abys byl/a informován/a o nových kapitolách!

Emaleth, reina de las hadasKde žijí příběhy. Začni objevovat