Alguien que te quiere

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Muchas veces lo he pensado.
Que las noches no serán tan frías para ti como lo son para mí.

Sentir que cuando llega el invierno las agujas del reloj se detienen, haciéndome girar en una noria de recuerdos de ti y de mí cuando éramos 'nosotros'.
Que la lluvia nunca me ha hecho sentir tan sola desde que no estás a mi lado.

El tiempo pasa y no lo parece, porque aun hace meses que nos fuimos —el uno del otro— y se me hacen años.

Que los libros nunca se me han hecho tan tristes desde que no te tengo.
Y la primavera tan ruidosa desde que no tengo tu silencio.

Muchas veces lo he pensado.
Que cada esquina de mi cuarto por las noches tiene tus ojos para mirarme mientras duermo —si duermo—.

Que nunca el café me había hecho tanto daño desde que me miraste con tus ojos oscuros y el dibujo de un adiós en tus pupilas.

Porque mi cama se ha convertido en un barco que navega entre mis lágrimas.
Que mi sonrisa tan solo aparece al recordarte.
Y mis manos anhelando tu figura son tan tristes, tan finas, tan vacías.

Que miro al mundo y me da la espalda.
Que mis pies me llevan siempre a ti.

Las hebras de mi pelo se han oscurecido desde que tus manos no corren entre ellas.

Muchas veces lo he pensado.
Que mis lunares ya no son tan bonitos desde que no los acaricias con tus dedos.
Mis ojos se han oscurecido porque ya no te reflejan.

Que la música se me hace insoportable porque tú la amabas.
Me rompen nuestras fotos, tan alegres que torturan.

Que nuestros sueños se hayan convertido en cenizas bajo nuestra lluvia.

Aquel vestido negro que adorabas, al fondo del armario espera a que regreses tanto como yo.

Que la luz ha dejado de entrar por el resquicio de la puerta, dejando esta habitación a oscuras.

¿Recuerdas esas noches en las que nada nos importaba? Sin embargo, ahora me importa todo.

Muchas veces lo he pensado.
Que la ducha ya no me relaja.

Las sábanas dejaron de guardar mi calor desde que tú te fuiste.
Que dormir es como una sentencia de muerte, porque al despertar de la ensoñación de creer tenerte, ya no te tengo.

Pensábamos que no tendría fin, que nunca habría un adiós en nuestra historia; pero lo hay, y duele tanto. Que mil espinas en mi corazón no se asemejan ni siquiera a este vacío que me dejaste.

Robé tu vida y me quedé; robaste mi vida para marcharte.

Qué desastre me dejaste en el pelo de tantas promesas que se quedaron enredadas.

Fuimos tan rebeldes, nos salimos de los límites que una vez impuso el mundo, pero sin darnos cuenta nos desbordamos.

Que saltamos en esta misión suicida al abismo del que no sé salir, y tú, encontraste la puerta.

Me soltaste las manos, la vida, los sueños.

Muchas veces lo he pensado, y he llegado a la conclusión de que debo dejar de pensar.

Alguien que te quiereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora