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Cerré el computador portátil dando por finalizada mi reunión con uno de los directores creativos de una de las páginas sociales más influyentes en el mundo. Habíamos estado hablando sobre una posible alianza con twitter y la página de citas. Era impresionante lo rápido que había crecido y sucedido todo.

-Sisa.. dejando de hablar de los sidebars y eso...-el hombre frente a mi aclaró su garganta- Me preguntaba si tenías algo que hacer hoy... -me sostuvo la mirada con la esperanza de que aceptara.

No tenía mucho tiempo de pensarlo era sí o no. Tiré de mi chaqueta y miré de reojo mi agenda sobre el escritorio.

-¿Te gustaría salir hoy, en la noche? Pensaba en que podríamos cenar y... hacer lo que quieras...-siguió insistiendo, intentaba animarme pero su comentario no hizo más que lo contrario. No era un hombre lo suficientemente seguro como para invitar sin titubear a una chica y planear una cita.

Le envié una sonrisa agradecida y sus ojos claros se iluminaron.

-Muchas gracias...-lo pensé unos segundos. Soy de las que se hacen un poco de rogar y no aceptan a la primera. Además, eran asuntos de negocios, nuestra relación no debería exceder del espacio laboral- Estoy pensando en ir al cine... con unas amigas.-agregué mintiendo.

Sin embargo, no noté ni una pisca de desilusión.

-Eso es genial, también podemos ir al cine. -su dentadura blanca brillaba al punto en que creí que sonreía fingidamente. Me atrajo su perseverancia. ¿Por qué no salir un viernes en la noche?

Le devolví una sonrisa coqueta. Me empezaba a volver buena en esto.

-Me quedo con la cena. -reí.- ¿A qué hora nos juntamos?

***

Mientras tanto por Manhattan, Justin seguía en su oficina.

-Te paso a buscar a las 10. -dijo Ryan por el altavoz de mi iPhone.

No presté mucha atención a la conversación pero me limité a decir:

-Aja...-di click en la siguiente página. Tenía los ojos algo adormecidos de estar tanto tiempo frente a la pantalla, había pasado gran parte del día buscando en la famosa -al parecer- página de citas, Lovebook.com, buscando el perfil de mi chica de cabello castaño pero sin resultado alguno. Eran demasiados perfiles. Cuando digo demasiados es que son más de 250.000 perfiles de mujeres buscando citas. Una tontería.

-¿Me estas escuchando? -Ryan volvía a interrumpir en mi búsqueda. Rodé los ojos y tomé el teléfono.

-Sí.

-¿Qué haces?

-Trabajo en unos informes.-dije obvio. No quería que me descubriera viendo una página de citas.

-¡Oh! Ya entiendo, ves porno. -su risa se escuchó por toda la oficina.

-No, idiota. -su estupidez superaba la realidad. No habló hasta que dejó de reír.

-Entonces, paso por ti a las 10. -repitió.

Masajee el puente de mi nariz. Salir a un club un día viernes en busca de escape suponía una buena opción.

-¿Cuál es el nombre del club?

-Karma. Queda cerca de Brooklyn. -se escuchaba apurado.

-Esta bien. Nos vemos. -corté la llamada para luego guardar el teléfono en el bolsillo de mi gabardina. Volví mi vista a la pantalla y despeiné mi cabello.

Debería empezar a rendirme desde ahora, no me pasaría toda mi vida buscando a una chica que derramó café en mi abrigo. Tampoco fue gran cosa...

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⏰ Last updated: Dec 02, 2019 ⏰

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