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(Por favor lee la imagen de arriba antes de empezar. Gracias)

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En su cabeza no cabía la posibilidad de que algo así estuviera sucediendo.

Sus dedos se tensaron en el momento que otra fina capa de piel se amoldaba junto con la suya mientras que un par de ojos temblorosos buscaban los suyos para que una conexión naciera entre sus pupilas. Desde su lugar, él se veía tan maravilloso como siempre y esa nostalgia que tanto se acumulaba dentro de su cuerpo le estaba haciendo agitarse, su corazón rebotando dentro de su pecho cada vez más rápido mientras que la confusión llegaba a él.

Miró de nuevo la extensión de su brazo y recorrió todo el camino hacia el rostro de Jongin, quien lo miraba casi de manera impaciente y nervioso, como si el silencio fuera suficiente como para que Kyungsoo entendiera que sus palabras y acciones valían oro, que no había ni una pizca de broma en ello.

La única luz que los alumbraba era la intermitente de la calle y Kyungsoo no entendía por qué de su boca salía ese vapor blanquecino si apenas estaban a mediados de mayo. Pero esos pequeños detalles los apartó de nuevo en el momento que las manos de Jongin pasaron a su rostro, obligándole a levantar la mirada.

Obviamente -así como casi cuatro millones de personas más- el efecto al ver a esa hermosa criatura le hizo casi retroceder, sólo que no puedo debido al agarre. Su rostro se acaloró y casi podía sentir que estaba entrando en pánico mientras que su boca comenzaba a balbucear un 'por qué', pero fue casi innecesario debido a que de pronto las palabras estaban de más y entonces Kim Jongin se había acercado lo suficientemente a sus labios para--





-I'm creeping in your heart, babe!

-Dwijipgo muneoteurigo samkyeo!

La cabeza de Kyungsoo casi se catapultó hacia atrás, separando su mojada boca del libro de anatomía en el la mesa de café y parpadeando con el corazón a mil. Fue complicado al principio esperar a que sus ojos se acostumbraran a la luz, luego a la resplandeciente televisión y de pronto, a una personita brincando y moviéndose por todos lados mientras aullaba y bailaba.

Respiró con fuerza, obligándose a sí mismo a entender que todo había sido un sueño y que el protagonista de sus vergonzosas fantasías estaba ni más ni menos no con él debajo de una hermosa luna, sino que del otro lado de la ciudad, presentándose en una cadena televisiva. Casi se sintió sucio ante la imagen mental. Más bien, no entendía el por qué había soñado eso, jamás le había pasado.

A su lado, de pronto un pequeño cuerpecito de tres años recién cumplidos cayó sobre él mientras sostenía en sus manos una lightstick de esas que utilizaban los fans en los conciertos. El aparato era un tanto pesado para el brazo de Rahee, pero la niña lo sostenía con gran fuerza mientras que el brazalete le ayudaba a que no se le fuera de las manos.

-¡Tío Jongin televisión! -pudo ver cómo la pequeña niña apuntó hacia la plasma frente a él. Kyungsoo, aún aturdido, sonrió para no parecer tan ido y miró en esa dirección-. ¡Tío Jongin! -la voz de Rahee se alejó un poco, dando por hecho de que la niña se había separado de él para ir frente a la TV y señalar a su tío.

-Ah... -Kyungsoo murmuró mientras asentía-. ¿Al fin apareció?

Rahee asintió orgullosa, dando un par de brinquitos en su lugar mientras movía el aparato de un lado al otro.

-Kyungsoo-yah.

No le tomó mucho tiempo darse cuenta de que, detrás de él, estaba Kim Jingha, la madre de Rahee. La mujer estaba recostada en el sillón mientras cantaba junto con Rahee los coros de la canción y sostenía en su gran estómago un plato de palomitas. La circunferencia de su panza era ya casi perfecta, sus ocho meses de embarazo se veían insistentes y Kyungsoo ya se podía ver a sí mismo sosteniendo en un futuro a Taeho, nombre del próximo hermano de Rahee.

FortuitoWhere stories live. Discover now