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Cuando volvieron, todos los demás integrantes de EXO ya se estaban yendo. La Sra. Kim les había dado una regañada por volver tarde y dejar a los invitados sin más qué beber, pero no pasó de allí, la Sra. Kim seguía demasiado feliz por tener a su hijo allí. Por suerte, no tuvo más contacto con los compañeros de Jongin y respiró mejor cuando pudo evitar que Rahee volviera a colgarse en la pierna del tío Chogiwa. La puerta se cerró, Rahee lloró hasta que se le dieron dulces y todo en la casa de los Kim volvió a la normalidad.

-¿Entonces papá vuelve mañana? -Kyungsoo vio desde la sala cómo era que Jongin se sentaba en el comedor tomando del frutero un puñado de uvas y metiéndoselas a la boca.

-Así es. Vuelve mañana temprano, podremos comer todos juntos, pero después de eso partiremos a Busan.

Dado a que era una casa con un estilo abierto, todo se conectaba sin paredes de por medio. Las conversaciones podían ser escuchadas desde todos lados y eso cabía también en que, aún y cuando él estaba estudiando en la sala de estar con la televisión apagada y música de relajación, era inevitable no tentarse a escuchar la conversación.

Jongin pareció comer más mientras que la Sra. Kim terminaba de recoger los platos sucios.

-¿Y comeremos aquí? ¿Todos juntos? -Jongin volvió a atiborrar a su madre con preguntas-. ¿Jingha también? ¿Y su esposo?

La Sra. Kim volvió de la cocina y tomó asiento frente a Jongin, dejando su celular a un lado y copiando la acción de su hijo sobre tener un pequeño aperitivo antes de irse a dormir.

-No. Seríamos solamente tu padre, Kyungsoo y yo -Los hombros de Kyungsoo se tensaron al oír eso. Ya se lo esperaba, siempre había sido así, pero tener a Jongin en la mesa junto con su padre siempre era... raro. Intentó ver alguna reacción similar en Jongin, pero él estaba de espaldas, por lo que no podía checar con naturalidad-. Jingha tiene que llevar a Rahee con el pediatra, todavía tiene algo de tos. ¡Pero el martes podremos ir a comer todos juntos y daremos una excelente noticia, si es que tenemos suerte!

Jongin simplemente tarareó en respuesta.

Kyungsoo no pudo concentrarse, ya había leído la misma línea durante diez minutos seguidos. Los recuerdos estaban atacándolo, en su cabeza no dejaba de repetirse cuán estúpido era y sin razón alguna. Sin realmente quererlo, dejó que su cabeza cayera de lleno sobre la mesa de café haciéndose mucho más daño de lo que esperaba y alertando al par de Kims en la mesa.

-¡Oh, cariño, ¿estás bien?! -la Sra. Kim se acercó a él-. Ay mi Dios. Es mejor que vayas a dormir ahora Soo. Debes estar terriblemente cansado -Kyungsoo no reschistó, tal vez dormir era lo que necesitaba después de todo. La madre de Jongin se volteó hacia él-. ¡Usted también jovencito! Mover su cuerpo por todos lados debe ser agotador. Asegurense de dormir lo suficiente ya que mañana empieza su grata tarea de cuidar a Rahee y eso sí que es bastante difícil.

-¿Cuántos años crees que tengo? -se quejó el moreno, pero de todos modos le hizo caso a su madre no sin antes robar otro puñado de uvas.

Jongin estuvo al pie de la escalera durante un tiempo corto, por otro lado Kyungsoo recogía sus cosas de la manera más lenta posible para hacer que el otro se impacientara y se fuera, pero por más que lo hacía Jongin parecía no tener intención de moverse hasta que el propio Kyungsoo tuvo la decencia de llegar donde él.

-Eres más lento que un caracol -Jongin se metió a la boca lo que le quedaba de uvas-. Go.

A regañadientes Kyungsoo subió las escaleras con la esperanza de que Jongin no volviera a hablarle más. Estaba fastidiado, confundido y relativamente a punto de explotar. Prefería llegar a su cama, blanquear su mente y hacer como si todo eso fuera un sueño -o golpearse la cabeza al punto de olvidar todo lo que había hecho. Y eso pasó, por lo menos fue lo que sintió cuando las habitaciones estaban frente a ellos, la de Jongin a la izquierda al fondo y la suya a la derecha, justo en el otro extremo. Todo marchaba bien según sus deseos internos hasta que la voz de Jongin llenó el silencio del pasillo y sus palabras le hicieron sentirse terriblemente inquieto y con el corazón en la boca.

FortuitoWhere stories live. Discover now