Siluetas

Sam y su sombra

―Sam.

Susurra una voz ronca alrededor de la media noche por la pequeña habitación donde dormía el niño de ocho años.

Sam abre los ojos para encontrarse con la oscuridad, sabe que hay alguien más además de él, pero no tiene el suficiente valor para voltear y mirar hacia el vacío de la negrura. El niño mira el techo de madera mientras rasca nervioso la piel de su mano, después de un tiempo abre la boca dispuesta a preguntar.

―¿Quién eres? ―murmura aún con la mirada fija en el techo oscuro. Espera pacientemente la respuesta, pero lo único que oye son las gotas de lluvia cayendo y chocando afuera de la ventana de su alcoba.

Sam aún con miedo reflejado en su rostro voltea con lentitud hacia su izquierda donde está el vacío de su agrandada cama, pero sólo halla sábanas blancas y la segunda almohada que adorna el colchón, este al no ver a nadie respira aliviado calmando su corazón que palpita fuerte contra su pecho, pero de repente siente una presión fría en la pierna desnuda voltea con rapidez y lo que ve hace que de un salto asustado para luego caer de la cama y golpearse en el suelo.

La sombra oscura ríe de forma sádica para luego desvanecerse.

Sam aún con la respiración errática mira a su alrededor y observa la silueta negra-gris quien reposaba en una esquina de la habitación; la sombra con sus ojos intensos hacía intimidar al pequeño niño. Las bombillas blancas diminutas que veían con vehemencia al pequeño con interés y burla hacían el lugar tenso y espeso.

Sam no quería estar ahí, quería gritar por ayuda a su mama o a su papa, pero como si hubiera un zíper alrededor de su boca, nunca pudo abrirla.

¿Era por el miedo o era por esa... cosa?

Aun sintiendo la presión de esos brillosos ojos entre la maligna oscuridad, Sam en su desesperación oculto su cabeza entre sus rodillas y susurro una canción de cuna que le cantaba su mama cuando el socorría hacia ella en las noches de lluvia y trueno, no sabia porque en ese momento no podía hacerlo, solo era levantarse del suelo y correr por su vida mientras clamaba por ayuda, pero no podía... estaba paralizado. Sintiendo como su respiración se hacía cada vez rápida, oye para su horror los agudos quejidos de la silueta.

¿Qué está haciendo? ¿Viene por mí?

Esos eran los pensamientos que inundaron en su cabeza en apenas segundos, pero entonces oye el rayo impactar contra la tierra. Y con ello el destello de la luz iluminar la habitación, entonces lo vio.

Vio la figura humanoide alta y sin rostro, sentada en su cómoda de noche mientras se chupaba las largas y afiladas uñas de las manos como si fuera un delicioso dulce. Antes de que se volviera apagar la luz, las pupilas de la silueta negra se entrecerraron y como si se hubiera contado el chiste mas divertido del mundo, una sonrisa grotesca y espeluznante apareció alrededor de su cara.

Entonces dijo, con una voz dulce y relajante:

―Oh, niño. ―niega con la cabeza como si lamentara ―lo único que debías hacer era no ver mi cara.

Bueno, bueno. 

Antes se suponía que estaba iba ser una novela de Sam y la sombra, pero luego de tantos años he estado considerándolo y llegue a la conclusión que quiero hacer en este lugar un segmento de historias de miedo, que lleguen a mi cabeza. Por supuesto, habrá mas de Sam eso no lo duden jajaj pero no tratara exactamente de el, habrá muchas historias (independientes, por si no lo entendieron) que por supuesto tendrán personajes diferentes siempre con la misma temática... miedo. 

Dije lo obvio, pero lo aclaro de todos modos gente xD 

Ah, antes de que se me olvide. No voy a actualizar esta historia todos los días, como esta no es una novela exactamente, mas que todo son capítulos cortos y pequeños, así que puede que actualice cinco veces en un día y a la otra dentro de tres semanas jajja así que no esperen mucho de aquí. 

Por cierto, este capitulo lo escribí cuando tenia como 15/16 años y ya tengo 21. Lleva un largo tiempo sin salir a la luz. Ya le tengo cariño a este capitulo diosito c:

AGH.

29/01/23