Envuelta en un vestido blanco,
con zapatillas de cristal,
llevo a mi reina a un barco,
y la saco de la capital.
En un viaje nos embarcamos,
sin saber que podiamos esperar.
Por las noches nos besabamos,
por las mañanas solo navegar.
Llegamos a una isla,
lejos de la gran cuidad.
Vivimos juntos y unidos
por toda la eternidad.