vi spiste et smørbrød;; Ryden

vi spiste et smørbrød.

Ahí me encontraba de nuevo, en el mismo lugar que hace varios años. Esperando a que llegara, esperando nuestro reencuentro. No sabía lo que pasaría, pero solo esperaba no sentir la misma agonía por la cual tuve que pasar hace mucho tiempo en esa misma cafetería.

Nada había cambiado, todo es igual en este lugar. Seguía siendo igual de pequeño como lo fue la primera vez que vine, las paredes estaban sin pintar haciendo notar los ladrillos rojizos con los que fue construida la cafetería, haciéndola ver más rústica y hogareña, había cuatro mesas en la cafetería todas eran color negro y las sillas eran un tanto incómodas, el mostrador era igual que como lo recordaba, dejaba ver unos postres bellísimos y su menú con toda la variedad de ricos postres y platillos que servían ahí, entre ese menú se encontraba también el mismo sandwich que comí cuando nos separamos. Era gracioso que siga todo igual. Hasta yo estaba sentado en la misma mesa que la primera vez que entre a esa linda cafetería en Bergen, Noruega.

La única mesa con dos sillas, se encontraba en la única y gran ventana que había en el local, la que tenía la mejor iluminación y también la que más cerca se encontraba de la puerta lo cual me fue útil para Brendon el día que nos separamos, así pudo irse  más rápido.

Aún recuerdo eso, como si el tiempo nunca hubiera pasado. El dolor seguía siendo igual de insoportable como lo fue ese día, y cada vez se hacía más grande por las ansias de verlo cruzar esa puerta, aunque las probabilidades de que eso pasara fueran casi nulas.

Habíamos planeado nuestro viaje a Noruega durante tres meses, estábamos emocionados ya que era para celebrar tres-asombrosamente cortos-años juntos, recuerdo que me Brendon me dijo que tomara clases de noruego, no le di importancia ya que pensé que era otra de sus tonterías, fue hasta que me enseñó los boletos de avión cuando me di cuenta de lo real que era, de lo real que fue nuestra relación y lo mucho que Brendon me amaba.

Él decidió planear todo el viaje, a mí solo me dio la tarea de aprender noruego, era absurdo, ¿cómo se suponía que aprendería un idioma en tres meses? Aunque para mí fuera lógicamente imposible lo intentaría solo para satisfacer a Brendon. Lo haría solo por el.

Los dos estábamos emocionados al igual que nuestros mejores amigos, Jon y Spencer, ellos estaban felices por nosotros, era el punto más alto de nuestra relación y eso era lo que más me hacía feliz, como Brendon me demostraba lo mucho que me quería planeando algo tan grande solo para nosotros dos. Juntos pasábamos las tardes hablando de lo maravilloso que sería esa experiencia, veíamos imágenes en internet durante horas, contemplando lo hermoso que sería nuestro viaje. Por su parte, Brendon a veces estaba exhausto, había días enteros que pasaba frente la computadora e inconscientemente caía dormido, yo siempre lo cargaba para acostarlo en nuestra cama y cobijarlo, disfrutando de la ternura de su imagen cuando se quedaba dormido.

Brendon me había inscrito a unas clases de idiomas, antes de que él se fuera a su trabajo me llevaba allí para "aprender" mientras él se agobiaba en el trabajo, me sentía mal por no hacer otra cosa más que ir a esas estupidas clases mientras él se mataba trabajando durante ocho horas en un lugar donde ni siquiera le gustaba trabajar, pero, por más que quisiera cambiar algo él no me lo permitiría, él prefería mil veces trabajar el, que verme cansado o estresado por el trabajo. Así era Brendon, me cuidaba mucho y yo lo amaba por eso, aunque me doliera verlo exhausto, era lo que él quería.

Y así pasaron dos meses de planeación y aprender. Todo parecía estar bien, excepto Brendon, a unas semanas de nuestro viaje Brendon comenzó a ser un poco más distante conmigo. Ya no me llevaba a las clases, se quedaba más tiempo en el trabajo, pasaba mucho tiempo en su celular; algo le estaba sucediendo yo sabía que era, me engañe a mí mismo pensando que era por el estrés de el viaje que se aproximaba, debí hablar con él antes de que fuera tarde.