50 Sombras de mi jefa

Capítulo I

Y allí estaba yo,en medio de una playa de Hawaii,el sol calentando mi piel,las olas cautivando a mis oídos, los perfectos pechos de Cristina cubriendome la cara,mientras yo jugaba con ellos. Todo era perfecto,simplemente perfecto. Cada vez estaba más excitado y ella también,eso se podía notar por el gran bulto que presionaba en ese momento mis pantalones y que los mojó al instante. ¡ Espera,¿ qué ? ! Y ahí fue cuando me desperté. Todo había sido un sueño,un placentero y extraño,pero sobretodo placentero. Quise levantarme,pero no pude,un cuerpo sobre mí me lo impidió.

- Jason,sigue,por favor...- Gimió una voz,muy cerca de mi oído.

- ¡ Ahgg ! ¡ Que asco,quítate de encima Harry !- Grité furioso,al comprobar que el cuerpo pertenecía a mi hermano menor,mientras lo empujaba,provocando que cayera al suelo.

- ¡ Joo,tan gruñón como siempre onii-chan !- Me replicó,levantándose al instante.

- Te he dicho que no me pongas nombres chinos .- Le contesté,más enfadado y asqueado aún. Yo siempre he sido un nerd y un amante de Marvel,pero él se pasaba de fricky.

- ¡ Es japonés !

- Lo que sea. ¡ Te he dicho que no puedes dormir en mi cuarto !-grité,recordando la causa de mi enfado – Además,no puedes controlar tus hormonas ni un maldito día.- Dije,señalando sus pantalones mojados y después los míos,también húmedos,por su culpa.

- Él se avergonzó,pero no tardó en responderme. - ¿ Es qué acaso estás celoso de no ser tú,el causante de que me mojara ? - Preguntó,con voz coqueta y enrollandose un mechón,de su pequeño pelo,en el dedo.

- ¡ Sal de mi cuarto !- Grité y sin darle tiempo a contestar,lo empujé fuera y le cerré la puerta e la cara. Pude oír su risa desde fuera.

A algunos chicos,les parece genial tener a su cachonda hermana detrás de ellos y poder cometer incesto con ella,pero esto se vuelve algo desagradable,cuando esa hermana es un hermano y encima es gay y no para de acosarte. Traté de olvidarme de lo sucedido y prepararme,pues era lunes y tenía que ir a trabajar. Miré el reloj y ya eran las 8:30.

- Qué tarde es.- Grité y comencé a vestirme,sin ni siquiera ducharme. Lo se,asqueroso,pero ya llegaba demasiado tarde,además nadie lo notaría.

Llegué a la empresa a las 8:50,aún tenía 10 minutos para preparar todo,antes de que mi jefa,mi amada jefa llegara. Su nombre es Cristina y no,su apellido no es Grey,pero es igual de genial,como todo en ella. Ella con tan solo 23 años y recién graduada de la universidad,empezó a crear su propia empresa, en la que diseña y distribuye por varios estados,su propio periódico y revista, " The Cristina's Diary ", ¿a qué es fantástico? Pero que digo,si todo lo que hace ella lo es. Sí,como habreís notado,estoy loquito por mi jefa. Pero,¿ cómo no estarlo con esa altura perfecta de 1'70 m,con ese pesaje regular y perfecto,con esa cabellera dorada como el oro,con esos ojos que son zafiros,con esas curvas que te dan ganas de tocar y sobretodo con esas piernas ? Ufff,esas piernas largas y esbeltas,que se marcan más con esa falda algo corta que suele llevar,y que te da paso a hacer algo indevido. Dios, ¡ es que cuando empiezo,no puedo parar de pensar en ella ! Y después el acosador es mi hermano.

El ascensor se tardó más de lo previsto en llegar a mi piso,el 15,pero aún me quedaban 4 minutos para organizar las cosas,tiempo de sobra. Preparé el chocolate caliente,porque Cristina odia el café,lo comprobé al prepararselo en mi primer día de trabajo, y lo eché en una taza reciclable ( otra de las ideas geniales de mi jefa ),le eché dos cucharadas de azúcar,justo como le gusta a ella,ni muy dulce ni muy amargo. Quemándome las manos,fui deprisa al despacho de la señorita Grey,para mi buena suerte no está casada,pero tras abrir la puerta,me encontré una horrible escena. Cristina y un modelo,que trabaja para la revista y con el que se estaba viendo hace semanas,se estaban besando. Pero ese no era un beso normal,ni mucho menos,era fogoso y lleno de pasión, ¡ si le estaba metiendo la lengua hasta la campanilla,por Dios ! No aguantaba más ver eso,pero no iba a salir corriendo,así que sin poder aguantar más la quemasón ,solté el vaso de chocolate. ¡ Vaya inicio de semana !