¡Cariño, tengo hambre!

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Era el año 1993 en las afueras de Texas. Este cuento toma ambiente en una pequeña casa de pobres, gente humilde y extraña. Nadie pasa por ahí. Está todo muy solo.

- Chico: ¡Madre, tengo hambre!

- Madre: Si hijo, ya lo sé. Esperemos que tu padre llegué.

- Chico: No hemos comido en semanas.

- Madre: Sabes que tu padre hace lo mejor para traernos algo de comer. Por favor ya quédate tranquilo... y espera que llegué tu padre.

- Chico: ¡Pero, mamá...!

- Madre: No se hable más.

¡Toc! ¡Toc! ¡Toc! Llega el padre.

- Madre: ¡Hijo, hijo! Ve a tu cuarto ya llego tu padre, espera que prepare la comida y te llamaré...

- Chico: ¡Esta bien! Pero no tardes por favor.

- Madre: Si, sí. Ya ve a tu cuarto.

El padre llega y entra en la cocina.

- Padre: ¡Cariño! ¿Ya está listo el niño?

- Madre: Jajajajajajajaja. ¡Cariño! No, aún no está. Te estábamos esperando.

- Padre: Si, tuve unas complicaciones para venir. Me estaba asegurando que nadie viniera por aquí.

- Padre: ¿En dónde está? El hambre me está matando.

- Madre: En su cuarto.

- Padre: ¡Muy bien! ¿Lo harás tú?

- Madre: Tú eres el hombre ¿No? Deberías de hacerlo tú.

- Padre: ¡Claro! Así será.

El hombre va al sótano y toma un martillo, es de esos grandes que se deben tomar con las dos manos. Con el martillo en mano, va directamente a las escaleras que conducen a la habitación del chico. Al llegar a la puerta, la abre de golpe. ¡Tas! El niño con susto se levanta de la cama.

- Chico: ¡Papa! ¡Papa! ¿Qué trajiste de comida? ¿Fuiste a cazar?

- Padre: Nada en lo absoluto hijo, ¿Pero sabes qué? Hoy comeremos algo que es muy especial para tu madre y para mí. ¿A qué no adivinas que es?

- Chico: ¡Uhmmm! ¿Qué podría ser? ¿Un conejo?

- Padre: ¡Noooo, Idiota! ¡ERES TÚ!

 El padre toma al chico por los brazos y lo arroga con brusquedad al suelo. El chico cae y se rompe varios dientes. El padre en este momento está fuera de sí, el hambre ya lo ha descontrolado. Con el martillo en mano comienza a golpear una, y otra, y otra vez, el cráneo del chico que tan solo tiene 6 años de edad... El padre sin piedad sigue con el brutal acto. En este momento ya el chico no tiene una cabeza, esto ya es una masa de sangre y cerebro gelatinosa. Hay sangre por todos lados, aquello parece una carnicería. El padre con una risa macabra saca un paño de su bolsillo y se limpia la sangre que había salpicado su rostro. Toma el cadáver del chico y le arrastra por todo el pasillo. Al llegar a las escaleras, lo lanza con brusquedad. El cadáver rueda hasta la cocina. La madre no siente miedo ni nada. ¡Claro! Ella es consciente de lo que ha pasado. La madre dice con una voz excitada y temblorosa ¡Excelente! ¡Buen trabajo! El hombre fuera de sí, dice: ¡Cariño, Tengo hambre!

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