CAPÍTULO I

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2 meses después

Yoongi se tambaleó torpemente por la calle mientras carcajeaba y susurraba para sí mismo. Sus pies parecían actuar independientemente al resto de su cuerpo, temblando y entreabriéndose en un intento de preservar algo de equilibrio.

Aun así, los intentos fueron inútiles. Luego de algunos pasos sus pies se enredaron entre sí, llevándolo directamente a besar el suelo. Yoongi agradeció internamente la inmovilidad, por más que el mundo aparentara seguir sacudiéndose a su alrededor.

Esa estática duró muy poco, antes de que notara la sustancia viscosa que comenzaba a trepar por su garganta.

Con movimientos acelerados y casi desesperados, su cuerpo comenzó a arrastrarse por el asfalto hasta el cubo de basura más cercano. Sus pálidos dedos se aferraron al recipiente plástico mientras su cuerpo comenzaba a sacudirse con las fuertes arcadas.

Cerró los ojos mientras el vómito abandonaba su boca dejando una horrible sensación de ardor en su aparato digestivo. Cansado y demasiado débil por los efectos del alcohol, Yoongi no tardó en soltar su agarre del bote y deslizarse trágicamente hasta el suelo.

Quedó allí, sentado con el cabello sobre el rostro y el cuerpo flojo, mientras algo de vómito todavía caía de sus labios hasta su camiseta. Se veía patético, asqueroso y completamente lamentable.

Estiró la mano, en un vano intento de sujetar aquél recipiente que, ante sus ojos, se movía. Pero no lo logró, la extremidad cayó a su lado mientras él, poco a poco, perdía la consciencia. En el fondo, agradeció estar ebrio, ya que así no sentiría el frío penetrante que lo congelaría poco a poco hasta la muerte, a tan sólo unas calles de su casa.

Estaba por cerrar los ojos por completo cuando sintió un fuerte agarre a la altura del esternón. Se encontraba demasiado mal como para voltear la cabeza y ver a la persona que ahora lo cargaba y acomodaba en un carrito de compras lleno de lo que parecían bolsas de basura y cartones. Aun así, lo intentó, entreabriendo la apestosa boca varias veces antes de perder la consciencia por completo.

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Cuando Yoongi abrió los ojos, los primero que notó fue que no tenía ni la más mínima idea de dónde rayos se encontraba. Frotó sus ojos con las manos, intentando identificar algo del lugar desconocido.

Lo primero que notó, fue que encontraba dentro de una bañera. Sí, una bañera enorme que lucía bastante sucia. Una buena cantidad de mantas evitaban el contacto con la porcelana, arropándolo.

Lo segundo de lo que se percató fue de que no llevaba camiseta. En un acto reflejo, se cubrió el pecho con las manos antes de acomodar las telas mejor, cubriéndose casi hasta la nariz.

El clima era frío, muy frío, pero él no lo sentía gracias a botellas llenas de agua caliente que alguien había puesto cerca su cuerpo. Al darse cuenta de ello, levantó un poco la cabeza y buscó a su alrededor con algo de miedo.

El lugar en el que se encontraba se caía a pedazos. Si bien había un techo sobre su cabeza, era el único sector que lo poseía. Del otro lado de la habitación un enorme agujero permitía que la grisácea luz matutina ingresara.

Los pocos azulejos que quedaban estaban cubiertos de moho.

Una sombra pequeña que correteaba le indicó la presencia de ratas.

Dejó que sus ojos vagaran por las paredes oscuras, por las manchas carbonizadas y el empapelado roído. En ese momento, descubrió con horror donde se encontraba. No tuvo tiempo de gritar o de espantarse, pues casi al mismo tiempo otra persona entró al lugar.

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⏰ Last updated: Nov 22, 2017 ⏰

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