Capítulo 1: "Marlboro"

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Hola, mi nombre es Andrew. Tengo 16 años. ¿Qué tal?

Hace mucho que no me lees. Bueno, te pondré al tanto de algunas cosas que sucedieron en este tiempo.

Exactamente estamos un domingo de Julio del año 2016. Empecé un curso de inglés a los 13 y para terminarlo debo presentar una tesis. También empecé a estudiar en una academia para postular a la universidad mientras llevo el último año de secundaria.

Así es, mi vida está llena de estudio este año.

Pero me gusta esta vida.

¿Julián? No hablo mucho con él. No hemos hablado hace muchísimo tiempo. Diría que unos 5 meses o más.

En fin, al parecer terminó su relación anterior según pude ver en algunas publicaciones suyas. Aunque cada vez que hablamos terminamos subiéndole el tono a la conversación, si saben a lo que me refiero.

Bueno, estoy llegando tarde a mi clase de inglés.

Al llegar al aula soy de los primero y espero a mis compañeros.

Olvidé decirles que pasamos de hablar de Facebook a hacerlo por WhatsApp, ¿es un avance?

Yo creo que sí.

En fin, chequeo mis mensajes y veo que Julián está en línea. ¿Le hablo?

Lo saludo con un simple "Hola" y espero a que responda.

La clase empezó y la profesora empieza a indicarnos ciertos pasos que debemos seguir para poder hacer un buen trabajo, cómo nos encargaríamos de la traducción y a qué fuentes debemos recurrir en caso de necesitar información fiable.

Julián responde con un "Hey".

-¿Cómo estás?- Texteo.

-Bien. Oye estoy aquí en casa de mis abuelos.

-¿Ah sí?

La casa de sus abuelos queda en mi ciudad natal, nuestra ciudad natal.

-¿Y qué haces por aquí?

-Pues vacaciones de medio año, bebé.

-Uy, será cuestión de visitarte.- Inserto un emoticón pervertido.

-Jajaja, buena idea. Si me lo haces bien claro.

-Pues entonces no tengo problema, no te arrepentirás.- Inserto un emoticón guiñando el ojo.

-Déjame ver si tengo la casa libre hoy. Debo pintarla.

-¿Por cuánto tiempo te quedas?

-Una semana, luego las matrículas empiezan y debo estar allá.

-Entonces espero pueda verte hoy.

-Dale, te aviso.

Le respondo con un emoticón de besito.

Últimamente las conversaciones con Julián son así. No me culpen. Sí quisiera una relación formal y bonita con él... Pero al parecer él no busca eso y si puedo conseguir un buen sexo con mi crush de más de un año, no estaría nada mal, ¿no? No se hagan las santas.

La clase de inglés siguió aburrida, solo la vieja maestra dándonos charlas sobre cómo mejorar nuestra tesis. Por suerte no la veré más.

La clase termina y me dirijo a mi casa para poder descansar y pensar qué me pondré en caso de que vaya a ver a Julián.

No lo veo desde la presentación de marinera.

Tampoco hay ningún mensaje suyo. Es más, su última conexión fue luego de enviarme el mensaje de despedida.

Es tarde y ya pude almorzar, me pone nervioso la idea de que vaya a ver a Julián.

Pero sigue sin conectarse. Le envío mensajes.

-¿Hola?- 15:30 p.m.

-¿Estás allí?- 16:08 p.m.

-¿Te has dormido?- 16:50 p.m.

Creo que no podré verlo hoy.

Demonios. Las esperanzas que tenía se esfumaron.

-Holaaaa. Disculpa Andrew, me quedé dormido :( - Responde a las 17:15 p.m.

-Descuida, lo supuse.

-Oye, pucha. Disculpa, no creo poder verte hoy.- ¡Mierda!

-Oh, vaya. ¿En serio? Pero, ¿por qué?, ¿pasó algo?

-No. No pasó nada. Solo que tengo sueño y prefiero quedarme a dormir. Carajo, no. No puedo perder esta oportunidad.

Si no lo veo hoy perderé la oportunidad de hablar con él cara a cara, o de que me conozca siquiera.

Ya sé, vamos a darle un poco de lo que le gusta.

-Bueno, entiendo. Rayos, justo me había preparado para hoy.

-Espera, ¿te has preparado?- Inserta un emoticón pervertido.

-Así es, pero lastimosamente será para otro día.

-Bueno, si es así entonces creo que puedo dejar mi sueño de lado.

¡Bingo!

-A ver, te daré la dirección de mi casa.- Espero su casa no me quede tan lejos.

-Está bien, espero no vivas tan lejos.

-Vivo cerca al banco de crédito que está por la plaza de armas, ¿si conoces?

-Claro.- Envía la dirección.

-Bien, ¿te parece bien a las 18:30?

-Perfecto, allí te veo :) 

-Te espero, bebé.

Llega la hora y me dirijo a su casa. Estoy por llegar cuando me envía un mensaje.

-Hey, por cierto. ¿Fumas?

-Pues sí, ocasionalmente.- Miento, jamás he fumado en mi vida.

-Genial, cómprate dos cigarrillos por allí por favor. Aquí te devuelvo.

-Está bien, ¿cuáles?

-Marlboro rojo, sino los azules.

-Está bien, yo los llevo.

-¿En cuánto llegas?

-10 minutos, más o menos.

-Genial.- Inserta emoticón de corazón rojo.

Voy a la tienda que me queda más cerca y pregunto por esos cigarrillos.

Demonios no supe cómo pronunciarlos pero al final no tuvo de todas maneras y le llevo dos Hamilton azules.

Estoy cerca a su casa.

Dos calles.

Una calle.

Le envío un mensaje diciendo que estoy cerca.

Mis nervios no se calman.

Estoy demasiado, DEMASIADO nervioso.

Estoy en la puerta de su casa. Es blanca y parece algo antigua. Me dijo que era casa de sus abuelos, así que debe ser algo antigua.

Me mira por el picaporte y abre la puerta.

Se me queda mirando por unos segundos... y yo a él.

-Hola.- Murmuro lo más calmado posible.

-Hola.- Dice sorprendido.



ALGUIEN QUE SOLÍA CONOCER (Gay Love)Where stories live. Discover now