Capítulo 2: Si la sopa dice huye. ¡Huyes!

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¿El examen de oratoria? Excelente. Por favor, haber besado al maldito señor Malcolm debería ser recompensado con graduación inmediata. ¡Ni todas las respuestas del mundo valían ese infierno!

¿Mi estado? No tanto.

A veces me gustaría realmente ser una perra sin corazón, pero eso es difícil cuando sientes la muerte de cada uno de tu especie. Nada de muertes pacíficas o "se durmió y no despertó más, no lo sintió". Como me gustaría que esa maldita mentira fuera real. Si podía sentir también esas muertes, entonces no era consciente, quizás realmente no sentían nada al morir. ¿Pero los asesinatos? Intenta, cada vez que alguien de tu especie es asesinado, sentir esa muerte, experimentarla como propia; y luego atrévete a decirme que no sea una perra sin corazón.

Ser atravesado en el vientre no es tan malo en comparación con otras cosas que he sentido. ¿Mi favorita personal hasta el momento? Aspirar plata. Esa hija de puta realmente podía causarte los peores minutos de tortura de tu vida. Odiaba la plata. No había nada peor para un cambiaformas que la plata. Sí, todos tenemos nuestro talón de Aquiles. ¿Crees que algo es indestructible? Cálmate, seguro hay una maldita cosa capaz de matarlo. ¡Piensa en Baldr! Después de todo, estaba maldita de por vida porque el supuestamente inmortal e indestructible Dios había sido asesinado. Nada como darle al orgullo a los Dioses para maldecir una línea de sangre hasta el fin.

—¿Sabes quién era? —preguntó Holland.

—Kaian. Su nombre era Kaian. Era solo un guardia

—¿Lo conocías?

—No.

—¿Crees que sepan de su muerte?

Sacudí mi cabeza intentando no pensar en ello, siempre era el mismo interrogatorio cuando sucedía. Holland tan solo quería ayudarme y cuidarme, nada para dejar a una chica tan sensible como experimentar la muerte. Ella tenía aquellos ojos de cachorrito que delataban que mi actitud no la engañaba, sabía que por dentro estaba mal. ¿Sufría por mi pueblo? Era parte del paquete.

—Si no lo saben pronto lo sabrán —dije e intenté darle mi mejor sonrisa sardónica—. Truco del compañero de viaje y todo eso.

—¿Estás segura que quieres ir a la fiesta esta noche?

—Sí. ¿Por qué no?

Nada como entra en modo "hace menos de veinticuatro horas experimenté la muerte de uno de los míos" como para que tu mejor amiga se olvide del chico que no ha devuelto ninguna de sus llamadas ni mensajes ni recuerda que existe luego de haber tenido sexo con ella. De hecho, ahora que lo pensaba bien, golpear a James quizás lograra levantarme más el ánimo que estar en la universidad mientras me sentía gris por dentro. ¿Siquiera es eso un estado de ánimo?

—Podemos ir de compras si quieres —sugirió Holland y se encogió de hombros—. O simplemente quedarnos en la habitación viendo The Vampire Diaries.

—¿Mientras tú lloras sobre cómo Damon y Elena deberían estar juntos?

—¡Ellos deberían totalmente estar juntos!

Alguien debería prohibir que los brujos vieran la televisión humana. Pero Holland estaba sonriente y radiante de nuevo, incluso soportaría que hablara de ese tonto animé que veía si eso la hacía feliz, cualquier cosa valía su felicidad. Se adelantó unos pasos con sus pequeños saltos y se dio vuelta como siempre hacía, lista para coger mis manos y balancearlas lo cual supuestamente era un gran símbolo de amistad de parte de un brujo, y por ese segundo tan solo pude ver su perfecta sonrisa y su rostro brillante de alegría, sus ojos entornados, su cabello radiante al sol. Y luego palideció con absoluta preocupación.

Ni lo pienses (Trilogía Nina Loksonn #1)Where stories live. Discover now