LA PLAGA

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Queen dirige su mirada a la imagen del proyector. Las líneas irregulares, los destellos que golpean su vista igual que alfileres incandescentes; el problema es peor de lo que imaginaba.

—Te lo dije —señala Kyle. Su voz es un amasijo de nervios—. Está sucediendo.

—Hay otras posibilidades —sugiere Luis.

—No me parece. ¡Lo intentamos todo! No podemos reactivarlos en la red.

—Un error.

—¿Un error que se repite en decenas de sujetos?

Queen sabe que Kyle está en lo cierto. Durante los siglos en que La Unión ha operado, los errores se han presentado a plazos insignificantes. Humanos que pierden la conexión con el programa no son una novedad, pero los programadores han estado ahí para resolverlo. O, al menos, creían que eso era lo que hacían. Conforme nuevas generaciones son puestas bajo el control del programa, la cantidad de errores se multiplica de forma considerable.

Corregirlos ya no es posible. Como si de una plaga se tratara, la resistencia se vuelve palpable.

—Tenemos que informar al General, Queen —insiste Kyle.

Kyle conoce las consecuencias de lo que propone, pero, si él decide que es necesario, Queen no tiene otra opción.

Ella asiente con cautela.

No es una idea que encuentre agradable. El General es alguien con quien deben irse con cuidado; sus decisiones son directas, crueles, trascendentales. Piensa en ello mientras observa a Kyle dejando la sala de control y, por un instante, duda de que sea lo correcto.

Entonces ocurre.

Un grupo de programadores abandonan sus propios paneles de control, conmocionados por el suceso. Los proyectores frente a ellos son una réplica del que Kyle acaba de mostrarles a Luis y Queen.

El pánico se abre paso en el pecho de Queen. Eso es más de lo que se había visto nunca, más de lo que ella puede rescatar de sus peores pesadillas. Las manos de Queen se sacuden en contra de su voluntad y el oxígeno se escapa de sus pulmones sin nada que pueda impedirlo, no importa que ella trate de sustituirlo con todas sus fuerzas.

—¡¿Cómo es posible?! —grita Luis.

Él tiembla, pero no es el único. Los programadores reaccionan del shock y se unen a un terror colectivo.

No es para menos. La historia les ha mostrado una humanidad violenta e irracional, dispuesta a rebelarse contra todo lo que considera desconocido, diferente. Sin el programa, es cuestión de tiempo para que marchen en conjunto contra ellos y los derrumben; incluso cuando las acciones de La Unión fueron pensadas para el bien de la raza humana, estos siguen siendo la estirpe autodestructiva que contamina el planeta que los alberga.

Si eso hacen a la Tierra, ¿qué harán con los programadores?

En el momento en que Queen está a punto de darse por vencida, las puertas de la sala de control se abren y Kyle se hace paso entre los programadores conmocionados, con el General avanzando tras de él.

Abril dinámico: Día 06Where stories live. Discover now