Cuentas de niño

12 0 0
                                    


¿Qué me resguardas de postre, hendido esqueleto esperpento,

Para éstas fauces tan pobres?

Retumba la hiel de tus manos el tiempo, a veces de espanto,

U hermoso silencio que hurga sin cuerdas,

Una sirvienta ya muerta me dice...

Todo se detiene si nadie le observa.

Y juega a ser, de momento, la furia de mis directrices.

Deja los dramas ahora, que sólo nos queda tu espectro

Y éste imperceptible alimento, abstemio en un plato servido,

Desde que apuñalaste... el único ojo que habías abierto

No sé si estamos podridos, o a medio morir de despiertos.

Relicario VacíoWhere stories live. Discover now