¿Qué me resguardas de postre, hendido esqueleto esperpento,
Para éstas fauces tan pobres?
Retumba la hiel de tus manos el tiempo, a veces de espanto,
U hermoso silencio que hurga sin cuerdas,
Una sirvienta ya muerta me dice...
Todo se detiene si nadie le observa.
Y juega a ser, de momento, la furia de mis directrices.
Deja los dramas ahora, que sólo nos queda tu espectro
Y éste imperceptible alimento, abstemio en un plato servido,
Desde que apuñalaste... el único ojo que habías abierto
No sé si estamos podridos, o a medio morir de despiertos.
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Relicario Vacío
PoetrySe trata de un conjunto de poesía frívola y floja que escribí en más de algún insomnio... Con mucho café, dulces y caries, larga vida a mi esquizofrenia.