Amnesia

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 I wish that I could wake up with amnesia

And forget about the stupid little things

La canción resonaba por toda la habitación mientras tocaba la guitarra acústica sobre las sábanas blancas revueltas en el colchón de dos plazas. Su voz rasposa entonaba la letra que su cabeza había inventado la noche anterior. No había sido muy complicado, las palabras tardaron poco tiempo en salir por su boca y ella las iba intercambiando por otras u ordenándolas de distina forma para que tuviesen más sentido.

Un aburrido y lluvioso martes con nubarrones se extendía sobre todo Sídney. Raro, ¿verdad? Era extraño que un un país como ese hiciese tan mal tiempo, pero parecía que la madre naturaleza se había puesto de acuerdo con sus miserables sentimientos y ambos estaban nublados y con amenazas se lluvias. Odiaba esos días, ¿había algo interesante que hacer? No, nada de nada.

 

'Cause I'm not fine at all

 

Cantó mientras las lágrimas brotaban y caían por sus mejillas como si de una cascada se tratase. ¿Os habéis sentido alguna vez destrozadas? ¿Engañadas? ¿Usadas y abandonadas? ¿Habéis sentido poco a poco como vuestro corazón se va destrozando y las piezas caen al suelo rompiéndose aún más? Su corazón era de porcelana y había caído contra el suelo, destrozándose en trozos que a su parecer, nadie podría volver a recomponerlos. Es una sensación horrible, una sensación que ella estaba viviendo en esos momentos.

Su vida era normal, todo fluía como de costumbre hasta hacía unas semanas.

Era una chica normal, de calificaciones también normales. De esas que sale al cine con sus amigas, de esas que prefiere pasar toda la noche del viernes viendo películas con su mejor amigo comiendo helado de chocolate a salir y emborracharse con un vestido minúsculo, como muchas hacían. De esas que tienen un novio al cual lo consideran ‘’su todo’’.

Y bueno, de esas que son usadas por ellos mismos.

El timbre de su casa sonó. La chica morena apoyó la guitarra sobre la cama y se levantó sin ganas hasta la puerta de la habitación y la abrió. Una corriente de aire frío se coló del marco para dentro y su pequeño cuerpo se estremeció. Bajó las escaleras tomándose su tiempo hasta llegar al piso de abajo, todo tal y como lo había dejado hacía cuatro días. Fue hasta el recibidor y se acercó a la mirilla y miró a través de ella. Y allí estaba él, su mejor amigo; su hermano.

Sonrió, no supo cómo lo hizo, pero sonrió. No había sonreido desde hacía muchas horas, y eso le sentó bien.

-Hey- saludó el chico rubio de ojos azules.

-Hola- susurró ella agachando su cabeza.

-¿Qué tal?- preguntó Luke aunque sabía la respuesta. ¿Cómo iba a estar bien? Aquel gilipollas había destrozado el corazón de su mejor amiga, que ahora estaba fatal.

Y ella no dijo nada más, solo rodeó el cuello de su hermano y se aferró fuertemente a él, temiendo que Luke también la abandonara, como Dylan lo había hecho. Tenía miedo de perderlo porque ahora él era lo único que le quedaba. Luke cogió a la chica en alto y cerró la puerta tras él con el pie mientras caminaba hasta el salón. Cuando ya estaban allí se sentó en una butaca con ella encima y empezó a frotar su espalda para consolarla.

Su camiseta se empezó a empapar, por las lágrimas de Alice, pero no hizo nada. Ni tampoco emitió palabra alguna, prefería que ella descargase todas las lágrimas que abundaban dentro de su cuerpo y se desahogase.

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⏰ Última actualización: Sep 06, 2014 ⏰

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Amnesia (Luke Hemmings One Shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora