Fragmentos de un alma destrozada.

Afuera.

Necesito un respiro,
buscar un poco de calor;
oigo murmuros, pero cuando me giro
no hay nadie alrededor.

Cuando intento mirar más allá
solo hay un cielo gris;
me gusta pensar que quizás,
habrá algo mejor detrás,
algo que me haga feliz
mientras este triste corazón estalla.

Siempre odié los días nublados,
en especial aquellos que están acompañados
y consigo traen un frío viento
que empeora mi sufrimiento.

Y sin embargo ahí me quedo,
llorando todo lo que puedo,
sacando todo este dolor
que de mis ojos sale sin ningún color.

Mi cuerpo se estremece,
tal vez sea algo que se merece;
me pesan los párpados
pues para siempre quieren estar cerrados.

Pasa cada lágrima
y dejo que este viento las enfríe
sin embargo, todas me queman el alma
y mi menor preocupación es que me resfríe.

Por eso me quedo afuera:
porque este frío clima no supera
el enorme vacío
estancado en mi corazón sombrío.