The Feelings of a Military [EN CURSO]

C H A P T E R 0

Voy a jugar un rato con ustedes, tonto como para comenzar una historia no me juzguen por favor, ¿si?, quiero su atención porque esto será diferente, bueno, comencemos con este jueguito y no, no me hago responsable si les duele el corazón después de esto, en fin:

Quiero que imaginen esto: Un hombre alto con su cabello al raza, rubio, vestido con el uniforme de la milicia corriendo con desespero hacia la puerta abierta de una casa pequeña pero acogedora, en la puerta esta una mujer y dos pequeños niños los tres tienen la cara empapada en lágrimas, el militar también llega con su rostro empapado en lágrimas, cae al suelo de rodillas abrazando a sus dos ángeles que a pesar de haber sido solo dos meses los que estuvo fuera de casa fueron dos meses eternos estando dentro de una guerra que no le pertenecía pero aun así hubiera dado la vida para salvar a los inocentes que vivían en esas ciudades destruidas.

Entonces tenemos a una familia reunida que después de un suplicio, puede vivir felices hasta que el llamado a salvar a inocentes regrese pero tienen fe de que no sea rápido y ellos sigan unidos.

Pero bueno aquí tenemos un escenario, vayamos a otro donde las cosas cambian un poco, algo ligero no muy drástico, quiero creer que no muy drástico:

Imaginen un "Hombre" de alrededor de treinta años llegando con el mismo uniforme verde de la milicia con el cabello casi ras pero no tanto, su cabello creció defendiendo a los inocentes pero bueno; llega con el uniforme verde cansado y con ojeras, cuando está a punto de abrir la puerta de su departamento, esta se abre sola mostrando a un "Chico" de alrededor de veinte años que tiene las mejillas abultadas y los ojos rojos por el llanto que había aguantado aunque  se desata al ver a su novio desde hace cinco años legar ileso de una guerra de meses una guerra cruda y cruel que dejo millones de afectados y con secuela; el de mejillas abultadas abre su brazos para recibir a "Hombre" este lo ve de manera neutra como si intentara recordar quien es el chico delante de él, parece recordarlo así que acerca y le da un simple beso en la mejilla y pasa de lado chocando un poco con el brazo abierto del muchacho.

―El viaje ha sido largo y cansado, ¿Hay café?

Pregunta como si solo se hubiera ido un par de hora y nada le afectara.

Ahora ya que jugué un poco quiero que vuelvan a releer la segunda historia y sustituyan la palabra "Hombre" por Yoongi y "Chico" por Jimin, voy a suponer que en su mente ya lo hicieron y dolió un poco si lo sé, fue agrio, lo sé y por eso voy a dejarlo acá y darles un concejo, si piensan seguir conmigo y avanzar hasta los recónditos sentimientos de Yoongi y Jimin tomen sus armas y varios pañitos tal vez los necesiten.