Enamorada de mi mejor amiga.

6. Fiesta

Ese día lo comencé como cualquier otro, nunca pensé que pasaría algo importante respecto a ella.
Me arregle una hora antes para ir a la fiesta de un amigo que teníamos en común las dos, me maquille como de costumbre pero esa sensación extraña en mi estómago no se iba, ¿nervios quizá? Cada vez me siento más convencida de decirle todos mis sentimientos, no tengo idea de si hoy sea el momento indicado, pero no quiero quedarme con la duda y perderme de bellos momentos con ella si es que me corresponde.
Al llegar a la fiesta ella ya estaba ahí, tenía una bebida en la mano y al verme sonrío y se le iluminaron los ojos, o eso quiero creer, la verdad trato de captar todas las señales para ver si yo le gusto aunque sea una pizca.
Los nervios incrementaban cada vez más al igual que mi nivel de embriaguez, Hey, no me juzguen; solo quiero tomar un poco de valor... Y ahí va ella, apenas y pudimos hablar, se está sirviendo la bebida número 4 o ¿5? He perdido la cuenta.
-Hola
-Hola tú- Me dice mientras me sonríe
- Creo que ya bebimos demasiado- Logró decirle entre sonrisas
-Es una fiesta, supongo que eso es lo que se debe de hacer
Le da un sorbo a su bebida y comienza a alejarse de mí, pero supongo que está muy ebria ya que derrama su bebida sobre mí; me sobresaltó al sentir el líquido frío pero nos miramos a los ojos y comenzamos a reír.
Ella toma servilletas y comienza a secarme, luego riendo y pidiendo disculpas se sirve otro trago.
- Hiciste eso porque me odias- Le digo bromeando y pongo una cara triste falsa.
-Claro que no te odio, yo te amo- Dice ella sin mirarme a los ojos.
-Pero me amas como amiga- Se me escapa decirle entre los labios, demonios, que acabó de decir, me arrepiento al instante, mis manos comienzan a sudar, tragó saliva, ¿qué está pensando? ¿Por qué solo me mira y no dice nada? ¿La incomode? ¿Me va a odiar desde ahora?
Comienzo a arrepentirme por el simple hecho de haber nacido, oh Dios, las luces multicolores de la fiesta caen sobre su bella cara, oh, es tan hermosa que quiero llorar y besarla al mismo tiempo.
Se dedica a observarme, mientras sostiene el vaso con su mano en donde noto el pequeño anillo que le regale en su cumpleaños.
Aunque pensé mil cosas, solo pasaron segundos.
Ella me seguía mirando y solo negó con la cabeza.
Bebió un sorbo y se alejó.
Oh Dios, no me ama como amiga, ¿Estaré sonando? ¿Me ama como algo más?