Hijos [Un hijo de Afrodita]

Capítulo 1

Antes que nada, quiero decir que esté fic lo haré a mi manera. Puedo tomar algún que otro consejo, pero si lo tomo o no es mi decisión.

Quizá algunos estén molestos de que no haya subido él leyendo de un hijo de Afrodita de Grand_Caster. Supongo que es normal, pero quería hacer este tipo de historia.

El leyendo lo subiré probablemente la siguiente semana, no tengo contemplado muy bien cuando.

Eso es todo por el momento. Comencemos. 

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- ¿Dónde estamos? -una niña que aparentaba seis años habló.

- No lo sé -respondió un niño de unos nueve o diez años que tomaba de la mano a la pequeña niña.

Ambos tenían el cabello negro, sin embargo, la pequeña niña a diferencia del niño que poseía ojos negros. Ella tenía ojos azules, como el mar. La pequeña llevaba un peluche de un caballo de mar en su mano libre mientras con la otra sostenía la mano del mayor.

- Hermano, ¿Qué haremos? -preguntó la pequeña nerviosa- Nuestra abuela dijo que no nos apartemos mucho de ella -su rostro reflejaba tristeza.

El mayor frunció el ceño levemente.

- Lo sé, pero creí ver a nuestro padre -respondió sin dejar de avanzar.

La pequeña bajo la mirada apretando con más fuerza la mano de su hermano al igual que la de su peluche. El mayor sacó un papel de su bolsillo, aquel papel tenía la dirección de sus abuelos en caso de que se perdieran. Ambos se acercaron a un oficial de policía que estaba cerca.

- Disculpe -el policía miró hacia abajo viendo a dos niños.

- ¿Ocurre algo? -preguntó con una sonrisa- ¿Se perdieron? -dedujo a lo que ambos pequeños solo asintieron con algo de vergüenza.

- ¿P-podría llevarnos a esta dirección? -preguntó el mayor extendiendo la nota.

El oficial tomo aquella nota y la leyó con tranquilidad, después de hacerlo sonrió nuevamente en dirección a los pequeños.

- Por supuesto -aceptó- Está algo lejos, iremos en mi unidad. Vamos -el oficial acarició el cabello de la pequeña.

El oficial guió a ambos niños hasta su coche patrulla, una vez se aseguró de que todo estaba bien. Encendió el auto y los llevó en dirección al lugar que estaba anotado en el papel.

Debes en cuando el oficial miraba por el retrovisor para ver el estado de los pequeños. En una de esas la mirada del mayor y del oficial se cruzaron, el último mostró una sonrisa para tranquilizar al niño. 

Después de un rato de camino. Los pequeños se tranquilizaron aún más al reconocer las calles por las cuales transitaban en el coche de policía, sino se equivocaban dónde vivía su abuelo estaba a unas calles de dónde se encontraban.

Al llegar, el oficial fue el primero en bajar del coche para después abrirle la puerta a los pequeños quienes fueron rápidos para bajar y mirar el edificio frente a ellos. El oficial se dio cuenta de que los pequeños estaban más aliviados, solo atino a sonreír y a acompañarlos a ambos a dónde vivían sus familiares.