Capitulo tres.

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III: EL CAOS AUMENTA.

La morena se encontraba revisando los papeles del laboratorio mientras que un chico castaño se encontraba a su lado, mirándola curiosamente, sus brazos estaban recargados sobre la mesa de metal y procedió a hablar.

— Entonces tú eres la nueva veterinaria— dijo Stiles.

— Así es— respondió Amelie con una sonrisa— y tú eres el ayudante de Alan— señaló a Scott y él asintió— tú el mejor amigo del ayudante de Alan— ahora señaló a Stiles.

— Correcto— Stilinski guiñó su ojo— ahora, ¿puedo hacerte una pregunta?— se acercó a ella.

Amelie asintió y Deaton puso atención en él. Cualquier cosa que saliera de la boca de Stiles podía ser una bomba.

— ¿Qué pasó contigo y Derek?— soltó.

La sonrisa de la chica enseguida se apagó y aclaró su garganta mientras colocaba su bata.

— Stiles.

— ¿Qué? ¿Vieron la cara de Derek? Jamás lo había visto así. Demonios, debí tomarle una foto— dijo golpeando levemente su frente.

— Stiles— volvió a llamarlo Deaton.

— Bien. No tienes que decírmelo si no quieres— le dijo a la chica y ella sonrió ligeramente. Stiles se quedó callado unos segundos y después tocó el hombro de Amelie lentamente llamando su atención— o si quieres decírmelo, ya sabes te puedo dar mi número y me lo explicas por mensaje— murmuró.

— ¡Stiles!— ahora su amigo llamó su atención.

— ¡Okey! Lo lamento— se disculpó— es que a veces suelo ser muy curioso.

— ¿A veces?— pregunto sarcástico Scott.

Amelie negó riendo un poco y golpeó ligeramente la espalda de Stiles.

— Otro día te cuento— le dijo mientras se alejaba de él.

El chico de lunares hizo un baile de celebración mientras recibía una mala mirada por parte de su mejor amigo y tras soltar un « ¿qué? » se quedó quieto.

— Por cierto Deaton, ¿qué es todo esto?— preguntó Amelie mirando los charcos de agua en la parte trasera y el montón de bolsas de hielo vacías.

— Umh, eso— Deaton se acercó a ella y tosió— Isaac estaba haciendo....

— Una sesión de fisioterapia— Stiles se apresuró a decir y Alan soltó un suspiro mientras cerraba sus ojos— sí. Fisioterapia— repitió.

— Bueno, una veterinaria no es meramente el lugar adecuado para hacer una sesión de fisioterapia— Amelie frunció el ceño— y con una tina llena de hielo— metió su mano en el agua, que ya no estaba tan helada— así no funcionan esas sesiones.

— Isaac es raro— dijo Stiles haciendo una mueca.

— Y Stiles debería aprender a quedarse callado— Deaton murmuró.

— ¿Saben? Ya no quiero saber, esto ya es lo suficientemente raro.

El resto del día, Amelie Hoffman estuvo completamente distraída. Deaton tenía que llamarla hasta cinco veces para captar su atención y la razón de aquella distracción tenía nombre y apellido.

Derek Hale.

Había imaginado su reencuentro de mil maneras y lo había añorado mil veces. Sin embargo, haberlo visto hacía unas horas atrás removió todos sus sentimientos. Todo lo que creyó se había ido, regresó. Aquellas mariposas que sintió a los diecisiete y dieciocho años las volvió a sentir, pero la manera en cómo él la vio, la manera en cómo respondió pudo notar que Derek... no había sentido lo mismo.

Eighteen ; Derek Hale.Where stories live. Discover now