🏤Strength🏤 1

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Strength.⚔️

—Este no es una preparatoria como cualquier otra, si viste algo que no debías, mejor desaparece...

Eso no me sorprende; aquí, nadie sabe que tipo de personas somos, un día nos damos abrazos mientras al siguiente nos clavamos puñales por la espalda.

De que sirve tener todo lo que quieres, si no puedes confiar en las personas.

Que curioso, pensé que esto llegaría a cambiar con el transcurso de los años.

Los mismos césped verdes, cubriendo en entorno del campo, las mismas rejillas negras que en algún momento quisimos cruzarlas, las mismas aulas con los típicos alumnos, las típicas peleas, las típicas expulsiónes y los típicos grupos haciendo cenizas a otros.

¿Qué como llegue a sobrevivir?
Pues con inteligencia y valentía.

Aquí, los menos inteligentes son humillados; los más débiles son pisoteados. Pocos llegan a sobrevivir a menos que tengas una mansión con que callarles la boca..., y yo soy una prueba de ello.

8:38 am, apunto de comenzar las últimas cinco semanas de este año, muchos logran pasar como pueden, mientras otros se escabullen en su desgracia.

—Tienes razón.

Pestañeé dandome media vuelta.

—¿Qué? —¿eso es todo lo que dirás?

Asentí y mi rostro expresó que no entendía.

—Nada, solo ignorarlo. —Vayamos mejor a nuestro horario.

Me tomo del brazo y me llevo al aula en turno.

Sherlot, una de las pocas personas con las que tengo contacto en sí. Nuestras familias pasan el mayor rato juntos hablando de negocios, lugar en el que no me involucran.

Recuerdo que ese día era especial para ella.

Llegamos al aula..., sin hacer mucho esfuerzo nos sentamos en los dos primeros lugares delanteros.

Mi mirada se apartó por un momento de Sherlot.

Rostro audaz, ojos claros, sonrisa perfecta... No podía ser nadie más que el famosisimo Zack Craun.

Al lado, con una sonrisa de oreja a oreja Sofi y Samuel.

–Parece que a Sofia se le subió la popularidad. -Un día siendo nuestra amiga, al siguiente siendo novia de Zack.

Escuchaba su comentario mientras seguía analizando.

—Estoy segura que Ale la odia.—Quién diría que la sirvienta le terminaría quitando la corona a la realeza.

Mi miraba volvió a la de Sharlot.
No creería que en algún momento volvería hablar con tanto entusiasmo.

—Aveces hay sirvientas que terminan siendo reinas, ¿pero sabes una cosa?..., no se merecen la corona.

Sonriendo culminaba mi frase, crucé los brazos al rededor de mi pecho esperando que en cualquier momento llegara Cinthia.

Fuertes sonidos de tacos se escuchaban por el pasillo. En menos de 5 segundos, todos regresaban a sus asientos fingiendo ser los niños buenos.

Y hay estaba Cinthia, parada firmemente en la puerta con una sonrisa finjida. Llevaba unos pantalones negros sueltos y una chaqueta blanca. Al rededor de su brazo izquierdo, venía abrazando documentos, mientras que en el derecho, llevaba una cartera negra elegante.

Apunto de dar un anuncio alguien silva de fondo.

—Muchas gracias Sr Matius. -—¿Alguna otra cosa que le provoque hacer?

Simplemente no mire atrás, pero me imaginaba una sonrisa coqueta y mal sentado.

—No, profesora Cinthia, por favor continúe.

Ese, ese era el momento que esperaban con ansias varias de las estudiantes. Estoy segura que sus miradas se encontraron, y derrocharon mucho odio.

 Estoy segura que sus miradas se encontraron, y derrocharon mucho odio

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