Prólogo

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Todo permanecía en calma en aquella habitación, las ventanas se mantenían cerradas obstruyendo el paso al frío de la noche y la luz de la luna bañaba cada rincón de la estancia. El silencio sepulcral permitía oir la respiración tranquila y ligera del hombre que permanecía dormitando en su placentera y cómoda cama que a simple vista parecía ser cara. 

El individuo que observada el entorno desde la puerta de la habitación entrecerró los ojos trás posar su mirada en el escritorio que se situaba frente a una de las ventanas por donde podía apreciarse el esplendor de la ciudad donde residía. Sin hacer ningún ruido para no despertar al hombre que continuaba en un profundo sueño se acercó y contempló el libro que permanecía entreabierto junto con una pluma aparentemente bastante antigua. Cautelosamente y con una mueca de odio cogió el objeto de escritura y lo presiono sobre el papel dejando escapar la poca tinta que apenas quedaba en la punta. Cuando terminó, volvió a alzar la pluma suspirando y dirigió la vista hacia la cama.

Sonríendo enigmaticamente se desplazó hasta mantenerse en el lado derecho de la cama y poder contemplar la cara de quien dormía tranquilamente. Su cabello era de un color acaramelado y bastante largo, sus labios entreabiertos eran bastante carnosos y expresaba calma y paz. 

Tras examinar los rasgos del hombre, agarró la pluma y la apuntó en su garganta destapada. Sus manos temblaban de nervios, odio, rencor y miedo, pero aún así debía proseguir su propósito. Sin apenas pensarlo rapidamente hundió la punta del objeto hasta el interiór de la faringe y volvió a repetir lo mismo varias veces. Los ojos de la víctima se abrieron de golpe y tras abrir la boca en un intento de respirar ahogó un gemído de dolor y posó su mirada llena de terror en los ojos de quien había generado los ultimos momentos de su vida. 

Intentó extender su mano para poder apartar la pluma de su garganta pero exhausto la dejó caer de nuevo y tras un ultimo suspiro cerró los ojos convirtiendose en un ser a quien le habían arrebatado su vida.

Sin embargo, el asesino desapareció por completo tan solo dejando un cadaver manchado de sangre y un libro lleno de tinta entreabierto sobre un escritorio. 

Entre páginasWhere stories live. Discover now