Capítulo 1

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La clase estaba atestada de alumnos que corrian y vociferaban sin cesar,  apenas era comprensible aquel bullicio. Todas las mesas estaban esparcidas por la estancia y varios libros se hallaban tirados por el suelo. La puerta se abrió de par en par y un hombre de cabellos blanquecinos caminó hasta el lugar que le correspondía, se sentó algo resentido debido a su larga edad y obserrvó la clase arqueando las cejas molesto.

-Como no se sienten en sus respectivos sitios juro por Dios que les mando leer y redactar un trabajo sobre El árbol de la ciencia, ustedes deciden.- 

Los estudiantes tras oír la advertencia del profesor sin mediar palabras se sentaron en sus asientos. El hombre mayor volvió a levantarse para situarse frente a todos sus oyentes y extendió las manos abriendo un libro perteneciente a la asignatura de Literatura. Se colocó sus pequeñas gafas sobre los ojos y resopló algo frustrado. 

-Bien, hoy hablaremos sobre Charles Dickens, un excelente escritor de la literatura universal. ¿Alguien ha oído hablar de el?- 

Los chicos y chicas de la clase se observaron entre ellos esperando a que alguien pudiese responder a la pregunta que el profesor había lanzado. Murmuraban y sonreían soltando alguna que otra carcajada debido a algún comentario de uno de sus compañeros. Tras varios segundo una mano se extendió entre la multitud y todos dirigieron la mirada hacia la chica que había levantado la mano para responder a la cuestión que su superior había arrojado. 

Su pelo de un tono casi negro llegaba hasta la cintura y sus ojos eran de un verde esmeralda. Poseía una mirada seria, llena de interés hacia la asignatura y sus manos estaban entrelazadas denotando nerviosismo tras sentír la ojeada de todos sus compañeros. Suspiró decidida y entreabrió un poco sus labios.

-Charles Dickens, escritor y novelista inglés bastante conocído en la literatura universal. Destacaba sobre todo en el género narrativo y una de sus novelas más conocídas se titula Oliver Twist, la cual cuenta la historia de un niño huerfano que tras varios sucesos escapa de Londres.- El tono de voz de la chica destacaba fascinación y algo de verguenza. 

Sin embargo, tras terminar su explicación el profesor sonrió orgulloso de tener una alumna tan inteligente como ella.

-Muchas gracias, Alicia.- dijo el hombre volviendose a sentar en su asiento.

La lección siguió su curso el resto de la hora donde nadie articuló palabra mientras proseguían con la teoría. Al finalizar la clase resonó la alarma que indicaba el fin de la mañana. Todos los alumnos se levantaron recogiendo sus cosas y desaparecieron dirigiendose a sus casas. Sin embargo, la chica de los ojos esmeralda continuó en la clase guardando tranquilamente todos sus libros en la mochila. 

-Alicia, me ha encantado su explicación, le doy mi enhorabuena.- Dijo el hombre de pelo blanco sonriendeo de lado.

-Ah... si, bueno, no es nada Sr. Vaak, me gusta su asignatura.- Respondió ella con una sonrisa forzada.

El Sr.Vaak sonrió de nuevo y se despidió saliendo por la puerta. Alicia se colgó la mochila a la espalda y salió del instituto cabizbaja, pensante, recordando su clase de literatura y las explicaciones de su profesor. 

Las calles estaban bastante tranquilas a esa hora y el suelo daba indicios de que había llovido durante esa mañana. Llegó a casa tras vario rato caminando y después de saludar a su madre subió a  su habitación con el fin de continuar con su actual lectura. Cogió el libro que estaba situado en su cama y se sento sobre unos cojines observando la portada de aquel ejemplar. Edgar Twice y su obra le esperaban.

Entre páginasWhere stories live. Discover now