Pyat'desyat sem'

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— ¿Qué es esto? —llegué hacia tu cabellera, con los ojos llorosos.

Tú levantaste la cabeza algo adormilado, leías en la biblioteca y supongo que caíste dormido.

Sobaste tus ojitos y tu debilitada mano se dirigió al post it amarillo que sostenía.

— ¿Qué hay con ello? —dijiste mirándome de vuelta.

— ¿Cómo que qué hay? ¿Es una broma?

— No es ninguna broma, JiMin.

— ¡Ya es suficiente, compañero! —dos lágrimas cayeron fugaces.

Tu tranquilidad, probablemente por estar recién levantado, me estresaba.

— En serio no... ¿No te dabas cuenta?

— Darme cu-

— Sé que sabes inglés, sé tus debilidades, sé que te gustan o al menos te gustaban mis abrazos... Ninguna cosa que hice fue casualidad. Nada de esto es casualidad.

— ¿Perdón? —logré sentarme en una silla barnizada de al lado, que justo se iluminaba por la pobre luz del nublado día.

— Me has gustado desde que fue tu madre a decirme que cuidara de su pequeño y juguetón hijo, aunque yo era menor que él —sonreíste dolorosamente—. Jamás he sabido que pensarías sobre esto. Pensé que la mejor forma sería ocultarlo... Lo hice bien, creo. De alguna forma no sólo era ocultarlo, también intentaba olvidarme de ti, porque pensé que iba a ser pasajero. Pero comenzaste a actuar cada vez más cercano y me asusté.

— Jeon-

— No digas más, está bien, puedo sobrellevarlo —pusiste tu mano en mi pecho—. Ahora me siento más tranquilo de haber sacado todo lo que llevé dentro. Lamento que me gustes, JiMin. Y me gustas mucho —tu carita se contrajo.

— JungKook...

— No lo digas, JiMin Ssi. Perdón por lo del post it.

— No, JungKook...

— Shh, JiMin Ssi, hará que mi corazón duela más. Puedes prenderle fuego al post it, hacerlo bolita y lanzárme-

— ¡JungKook! —tomé su rostro con ambas manos, apretando sus cachetes.

— ¿Qué hay cuando te digo que el sentimiento ha sido mutuo todo este tiempo, JungKook-ah?

— No es cierto —te levantaste lento y caíste sollozando sobre mi hombro.

— JiMin...

— Calma, estoy aquí.

Tu llanto parecía no calmar, como si realmente estuvieras tan asustado.

Mientras eso pasaba, iba acariciando tus perfumados cabellos, siempre oliendo tan bien. Todo comenzó a pasar ante mis ojos como una cinta VHS, cuando éramos pequeños, cuando comíamos helado, cuando me mirabas, cuando te abrazaba y parecías incómodo...

Yo, tú...

¿Siempre fuimos tontos?

— Eres como mi virus calmante, de pronto me das felicidad —dijiste sin mirarme, entre sorbidas de nariz—. Quizás mi... mi virus de la felicidad... Te amo por ello, con el respeto de la palabra. Gracias, hyung.

— ¿Me amas, JungKook?

Hubo un nudo en mi garganta, pero por primera vez, no de tristeza.

« Dos almas plomas se pusieron al sol y no se quemaron. Dos almas plomas se juntaron y a la luz cegadora se enfrentaron. Dos almas plomas confundidas, dos almas plomas enamoradas. Dos almas de las cuales una se aclaró tanto hasta volverse blanca y a la otra no le quedó de otra que volverse negra. Siendo blanco y negro... Negro y blanco »




I Thought ▪𝑲𝒐𝒐𝒌𝒎𝒊𝒏/𝑱𝒊𝒌𝒐𝒐𝒌▪  Where stories live. Discover now