Epílogo

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Cuatros años habían pasado desde que Flavio y yo decidimos retomar de nuevo nuestra relación, sin duda la mejor decisión que he tomado en mis 29 años casi 30, digo casi porque me quedaba un día para cumplirlos. Al año de estar viviendo juntos decidimos mudarnos a una casa, a las afueras de Madrid, a ambos nos iba bastante bien económicamente por lo que no había ningún tipo de problema, era una casa, no muy grande, pero si más grande que la anterior en la que vivíamos, tenía dos plantas donde abajo teníamos un salón, la cocina, un baño y un jardín que sin duda, era mi parte favorita de toda la casa. En la parte de arriba teníamos tres dormitorios, una salita de estar y un segundo cuarto de baño.

Yo me animé a seguir escribiendo y saque mi tercer poemario "Entre tormentas" un poemario con escritos que empecé a escribir poco después de que Flavio se fuese a vivir fuera de España, por lo que había de todo en ese libro, amor, desamor... Volviendo a la música había sacado mi cuarto disco, que ya había sido platino en menos de cuatro meses, un disco que sin duda era el más especial para mi, ya que todas las canciones que contenía habían sido compuestas solamente por mi. A Flavio también le iba bastante bien en este mundillo, había sacado su tercer disco hace menos de dos meses y el no podía estar más contento por todo lo que estaba consiguiendo, y yo más contenta por verlo a el feliz. Flavio también se ánimo y saco un libro con escritos y con ilustraciones propias que gustaron bastante a la gente.

Para mi cumpleaños habiamos decidido celebrarlo en un pequeño local que alquilamos, para no hacerlo en casa y luego tener que estar hasta las tantas de la madrugada recogiendo las cosas. Invite a algunos de mis compañeros de Operación Triunfo ya que con todos, obviamente, no teníamos mucha relación y a algunos amigos de mi discografía que había hecho durante toda mi estancia en Madrid. Flavio seguro me iba a dar alguna que otra sorpresa, pero la sorpresa más grande se la iba a dar yo, estaba embarazada, estábamos embarazados. Me enteré hace menos de dos semanas, era algo que teníamos pensado, los dos queríamos ser padres y creíamos que ahora era el momento perfecto para poner a intentarlo. No me bajaba la regla por lo que decidí ir a la farmacia un día que Flavio estaba en el estudio y hacermelo, salí positiva, lloré, grité y sobre todo, me emocioné, quería que para Flavio fuese todo tan especial como lo fue para mi y quería decírselo de una manera bonita, no lo sabia nadie, ni mi familia ni mis amigos, solo yo. Lo iba a decir en mi cumpleaños pero aunque mi familia ni la de Flavio fuesen a estar, iba a hacer videollamada con ellos.

Termine de prepararme, me puse un vestido negro ceñido al cuerpo, aún no se me notaba nada la barriga, lo agradecí, porque no quería que Flavio se enterase antes de tiempo, me coloque mis inseparables botas y me mire al espejo mientras Flavio salía del cuarto de baño.

-Me voy a morir Samantha, hostias -Dijo cerrando la puerta del baño detrás suya y acercándose a mi-.

-Eres muy tonto, cariño -Dije girandome hacia el riendome-.

-Y tú muy guapa, aquí cada uno...con sus cualidades -Dijo echándose a reir y yo me acerqué más a el para darle un beso en los labios que el no dudo en seguir-.

-Es que no vas a parar de sorprenderme nunca, rubia.

-Ni tu a mi, moreno -Dije riendome y el me dio un leve empujón en mi hombro derecho mientras se reia-.

Terminamos de prepararnos y pusimos rumbo hacia el local que habíamos alquilado, íbamos en coche ya que estaba bastante lejos, esta vez conducía Flavio, mientras yo le miraba embobada, sin duda, una de mis cosas favoritas en el mundo era verle conducir y las caras tan graciosas que ponía haciéndolo, era precioso, y hoy iba más guapo de los normal, con unos pantalones pitillos negros, una camisa blanca, un jersey rosita y unas zapatillas blancas, el pelo lo tenía bien arregladito y yo me estaba muriendo de amor con el, siempre lo hacía, pero hoy más, y más sabiendo de la noticia que le iba a dar en menos de una hora, ya que había decidido hacerlo en cuanto llegásemos y estuviésemos todos para no levantar sospechas de porque razón no bebía nada de alcohol.

Ahora O Nunca Donde viven las historias. Descúbrelo ahora