Welcome to AIDS (Larry Stylinson) (EN PAUSA)

Capitulo 2 "Green eyes"

(https://www.youtube.com/watch?v=gmyq9tIiu8g)

Me desperté en la pequeña sala de enfermería del colegio. Me di cuenta por que el olor a hospital lo tenía impregnado en mi nariz desde hacía ya un par de meses. Sobre mi cabeza tenía un tubo de luz fluorescente y a mi izquierda las paredes eran totalmente blancas. Nada de color, nada de felicidad. Sobre mi derecha colgaban dos bolsas de suero y más a lo lejos una puerta verde agua que indicaba la salida del lugar en donde me encontraba. Mire con extrañeza el espacio en donde me había despertado hace ya un par de minutos y levante apenas mi cabeza para ver si estaba solo. Al notar que lo estaba, volví a cerrar mis ojos para recordar que me había pasado. Unos enormes ojos verdes ocuparon absolutamente todos mis pensamientos  ¿Quién era ese chico? Pensé. Necesitaba verlo para agradecerle el hecho de no dejarme tirado en el pasillo de la escuela y también decirle que tenía los ojos más lindos del mundo. Me revolví en mi lugar para encontrar una posición cómoda en la camilla cuando de repente la puerta se abre y entra la enfermera acompañada de Zayn y mi madre.

—     Oh, su hijo ya se ha despertado,  señora Tominson — la enfermera sonrió al verme insomne y mi madre camino a paso rápido hasta llegar a mi camilla desesperada por abrazarme y cortar los centímetros que nos separaban.  Sentí una lagrima caer hasta mi cuello. Estaba llorando por mi otra vez.

—     Johannah, no llores. Estoy bien — Me angustiaba que llorara por las bajas de presión que me agarraban o por las pequeñas pestes que terminaban siendo mierda pura. Odiaba verla llorar y no poder hacer nada para que deje de hacerlo. La abrace a un más fuerte sin importar que la enfermera y mi mejor amigo estaban ahí viéndonos.

—     Perdón Louis, me había asustado muchísimo— respondió alejándose de mis brazos mientras secaba las lágrimas que seguían brotando por sus mejillas. Alargue mi brazo para quitarle una de ellas y sonrió amablemente, acariciando mi mano con ternura. No sabría que hacer sin ella, le debía más que la vida.

Zayn se acercó a mí con la sonrisa de siempre, esas sonrisas que dicen más que mil palabras. Al verlo, sonreí y abrí mis brazos para que me abrazara. Necesitaba un cariño de mi mejor amigo-hermano y que me explicara qué carajo me había pasado.

—     ¿Qué me paso, enfermera Connor? — pregunté sentándome sobre la camilla

—     Según lo que nos contó el chico que lo trajo en brazos hasta la enfermería, estaba usted corriendo y de repente se desplomó  en el piso como si su cerebro y cuerpo hayan perdido toda la conexión entre sí. El muchacho se veía asustado y usted estaba pálido. — “El muchacho que lo trajo en brazos” me quede rígido en el lugar y mi cabeza voló a mil por hora. No conocía a el chico pero si sus ojos. Esos ojos que no podía sacarme de la cabeza. Eran del más puro verde que haya visto jamás.

—     ¿Cómo era el chico? — Pregunté

—     Tenía rulos y ojos grandes de color…

—     Verde— Dijimos los dos al mismo tiempo. Mis ojos se posaron en los de la enfermera y mi mente otra vez se quedó estancada en ese recuerdo. Ojos verdes. La enfermera sonrió mirándome y asintió con la cabeza antes de marcharse del lugar. Zayn me miro sorprendido y sus ojos resaltaban duda. Me levante rápido de la camilla y coloque mi remera junto con mis zapatillas en un segundo. No aguantaba estar ni un segundo más en este horrible lugar.

Al terminar de vestirme, Salí disparado del sanatorio del instituto junto a mi madre y Zayn detrás. No podía dejar de mirar a todas las personas que pasaban por delante de mí. Tenía la esperanza de encontrar al rizado de bonitos ojos verdes por algún lado pero no fue así. Pareciera que la tierra se lo hubiese tragado.