Capítulo 3: Bienvenida de vuelta

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La alarma de mi celular me despertó, resonando en el silencio de la habitación

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La alarma de mi celular me despertó, resonando en el silencio de la habitación. Me levanté y al verme en el espejo, noté mi cabello desordenado y mi expresión nada favorecedora. Sin más, fui al baño para darme una ducha rápida. Al salir, me vestí, me peiné y me maquillé. Bajé para desayunar y encontré a Jisoo en la cocina.

—Siéntate, ya está listo —me dijo mi hermana mayor, dejándome un plato y un vaso en la mesa.

—Gracias, Unnie —le sonreí mientras ella se sentaba a mi lado— ¿Y Jin?

—Ya viene por quien lloraban —respondió Jin entrando a la sala con un aire de diva, lo que me hizo reír.

—Ahí está tu desayuno, Jin —dijo Jisoo, señalando el lugar vacío junto a mí.

—Gracias, Jisoo —Jin tomó asiento y comenzó a comer.

—¿Listos para su último año? —pregunté mientras tomaba un bocado.

—Sí, listo para disfrutarlo —respondió Jin con entusiasmo.

—Yo también —agregó Jisoo, chocando los cinco con Jin— ¿Y tú? ¿Lista para regresar a tu antigua escuela? —me preguntó mientras daba un sorbo a su café.

—Sí, aunque aún estoy nerviosa —dije, tomando de mi jugo—, pero tener a los chicos ahí me tranquiliza.

—Sabes que siempre estaremos para ti —agregó Jin, mirándome con una expresión de apoyo— Los chicos y las chicas te adoran.

—Gracias, Jin —asentí con la cabeza— Quizás me pase a saludar a todos cuando llegue.

—¿Por qué no almuerzas con nosotros? —propuso Jisoo— Puedes invitar a Jeno y a Félix.

—Les diré —sonreí y terminé mi desayuno. Llevé los platos al fregadero, luego subí para lavarme los dientes y bajé con mi mochila al hombro.

—¿Ya estás lista? —preguntó Jin, y asentí. —¡Vamos! ¡Jisoo, apúrate o nos vamos sin ti! —gritó.

—¡Ya voy! —contestó Jisoo, bajando las escaleras apresuradamente.

—Ten cuidado, no vayas a caerte —me acerqué a ella, lista para socorrerla en caso de un accidente.

Salimos y nos dirigimos al auto. El trayecto fue corto, pero lleno de risas y bromas. Al llegar a la escuela, Jin estacionó y juntos caminamos hacia la entrada, donde las miradas empezaron a posarse en nosotros, especialmente en mí. Los murmullos comenzaron: "¿No la habían echado?", "¿Es la misma de antes?", "Se ve más madura ahora". Era obvio que los rumores corrían como el viento, llenos de suposiciones absurdas.

—No los escuches, pequeña —dijo Jin, colocándome una mano en el hombro.

—¡_____! —sentí a alguien abrazarme por la espalda— ¡Te extrañé mucho! —dijo mi amiga tailandesa, Lisa.

Lᴏᴠᴇsɪᴄᴋ Gɪʀʟs  // [Yᴇᴊɪ x ᴛᴜ] PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora