Era un acumulo de nervios y estrés, entre lo de Natasha sumado con la pronta llegada de Ignati a Chicago, me preocupaba sobre todo ahora al estar en plena guerra con 'Ndrangheta. Nosotros no íbamos a entregar a nuestra prima, pero como siempre ella hace lo que quiere y había vuelto a Italia para enfrentar su destino, no saber nada nos tenía con los nervios de punta, se que no le harán nada hasta que nazca el bebé, pero cuando le consigan una nodriza al pequeño la vida de Nat contará las horas, por eso me había puesto a trabajar en un plan para salvarla, ella es nuestra, la princesa de la Bratvá y nadie va a matarla sin que nosotros hagamos nada. No podemos soltarle la mano justo ahora que nos necesita a todos. Gerónimo Ferrara no tenía idea de lo que somos capaces, el único que terminaría muerto en esta guerra será él no mi prima.
— Señor — Iván entra a mi oficina.
— Dime — digo suspirando mientras le doy un sorbo a mi vaso de vodka.
— El señorito Ignati acaba de subir al Jet, su hora de llegada está prevista para las diez de la mañana — me informa.
Mi hijo había heredado mi carácter, cuando algo tiene en su cabeza no hay nada ni nadie que pueda sacarlo de su error, era peligroso sacarlo de nuestro castillo en Rusia, pero como todo Sokolov le encanta el peligro y con doce años se plantó diciéndome que si no lo dejaba venir se iba a escapar de todas formas, así que prefiero qué esté a mi lado y no vagando por lugares que no conoce sin protección, exponiéndose a todo, por eso siempre es mejor a mí cuidado.
— Perfecto, una hora antes estaremos en la pista de aterrizaje. Amplía la seguridad y vean todos los frentes, estamos en guerra — declaro bufando.
— También tengo la información que me pidió — agrega sacando detrás suyo un iPad que lo pone sobre mi escritorio.
— Puedes retirarte, Iván. Máxima precaución para la llegada de mi hijo — ordeno haciéndole señas para que se vaya así me deja solo.
— Como ordene, señor — me contesta antes de cerrar la puerta de mi escritorio.
Sirvo otro vaso de vodka, puedo escuchar la voz de mi primo Dmitri diciendo que si seguía bebiendo de esta forma terminaría con una cirrosis hepática producto del alcohol, él siendo ruso sabe lo que es nuestro amor por esa gloriosa bebida. Dejando de lado mis pensamientos agarro el iPad para leer la información que le había pedido a mis hombres que recolecten.
¿Por qué quería saber de esa mujer?
Capaz que al solo escuchar las mínimas palabras que le dijo a Madison llamaron mi completa atención, soy abogado internacional y cualquier ley en todo el mundo siempre favorece a la madre en la crianza de sus hijos, bueno las leyes árabes son diferentes, pero estamos en América y se mantenía igual que al resto del mundo. La familia paterna no puede sacarte la crianza de un hijo sin tener motivos, lo cual no encontraba porque la vida de esta mujer era todo prolija, dos trabajos, alquileres, impuestos al día, no solo tiene a la niña sino que un niño un año mayor que ella. La sorpresa que me llevo al leer quien es el padre de sus hijos me hace afirmar que esos niños están mucho mejor con su descuidada madre que con esa familia que colabora en la trata de mujeres, los burdeles clandestinos que hay en New York son todos de su dominio.
— Danna Poissón — digo cuando atiende la llamada.
— ¿Sí? — cuestiona confundida.
— Soy Gauss Sokolov, no busques más un abogado. Seré el que te represente mañana cuando quieran sacarte a tus hijos — declaro mirando la orden que sería emitida mañana para quitarle la tutela completo de sus hijos. Esa familia siempre jugaba sucio, lo que no se espera es encontrarse conmigo para desafiar esa mierda que hará.
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Redimirse (2° SAP)
RomanceSegunda historia de la Saga Atracciones Peligrosas (SAP) Ella vivió un pasado tormentoso, dónde le quedó dos hermosos regalos que son su mayor tesoro en su vida. Para Danna su mundo son sus hijos, lo demás no importa. Él es el segundo al mando, la s...