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Nos volvemos a encontrar

//Gilbert//

Estaba como de costumbre en mi oficina, pero esta vez estaba inspeccionando las fotos tomadas por los policías el día del robo del banco Central de Avonlea. La foto de la persona pelirroja en mi mesa, su cara estaba totalmente cubierta. Haci que de hay no podía sacar nada, como siempre un rebelde mechón de cabello rojizo sobresalía de su gorro.

Traía ropa olgada, haciendo casi imposible saber su género. Pero como lo llaman Harley tal vez es mujer... O simplemente es una distracción. Solte un suspiro sabiendo que esto no llegaba a nada, no se saben nada sobre ese tal grupo... Nada, ni una sola pista para empezar la investigación.

Hasta usan aparatos para distorsionar la voz, y no hay ninguna grabación de sus voces para tratar de volverlas a su voces normales.

Con mi tablero en la pared empecé a colgar las fotos, señalando los eventos importantes...

Eran casi las tres de la madrugada y seguía en la oficina tratando de por lo menos tener una pista. Ya a las cinco de la mañana solo llegué a la conclusión de que su primer robo fue en un pueblo de Nueva Escocia, un trece de febrero a eso de las seis de la mañana y no iba solo iba acompañado, aún que robaron una muy pequeña cantidad de dinero ese día.

Su siguiente robo fue ya un poco más alejado de Nueva Escocia, fue en New York. Pero este solo fue una pequeña tienda.

Dos años después, robaron el banco de París el dieciocho de octubre a las ocho de la noche. Deben haber tardado meses en hacer ese plan ya que este es el que tiene más seguridad en toda Francia.

Siguieron con dos más pero estos son de menor relevancia... Hasta que llegaron a Avonlea y el veintres de Diciembre a las diez de la noche robaron el banco Central de Avonlea.

Hice cálculos y en las fechas habían cinco días, siempre se saltaban cinco días. Las horas en cambio eran dos. Haci que deduje que el siguiente robo iba a ser el veintiocho de Diciembre a las doce de la madrugada. Por fin algo de información... ¡Genial!

Salí de la oficina satisfecho de mi trabajo, caminaba tranquilamente por mi trabajo. Hasta que en el estacionamiento vi una sombra, lo seguí, caminaba despacio. Su cuerpo estaba cubierto, llevaba un gran abrigo que no dejaba verle la cara.

Llevaba más de diez minutos siguiendo a esa persona a lo lejos.

La persona paro su paso y se giro hacia mí...

–Haci, que nos volvemos a encontrar...– suelta una carcajada– ¿me estás siguiendo?– preguntó de una manera fría mientras camiaba lentamente hacía mi.

–No... Solo pasaba por aquí– mentí mientras miraba al suelo algo apenado de mi acción.

–Ajá, digamos que te creó– entrecerró sus ojos mirándome con él ceño fruncido y una pizca de miedo en sus ojos –¿Que es lo que quieres?– preguntó cruzándose de brazos.

–Nada... Solo, te confundí– dije y ella rodó los ojos.

–Está bien, voy a hacer como si esto no hubiera pasado– pasó por mí lado sacando algo de su chaqueta.

Sin que ella se de cuenta me gire hacia su dirección y pude ver como sostenía un rollo de color blanco entre sus dedos y sacaba el encendedor del otro bolsillo de su abrigo.

–¿Por qué fumas?– pregunté con preocupación dando pasos lentos hacia ella.

–Te importa?– dijo sin mucho interés mientras prendía el cigarro.

𝐅𝐮𝐠𝐢𝐭𝐢𝐯𝐨𝐬/𝐒𝐡𝐢𝐫𝐛𝐞𝐫𝐭 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora