Me removí despacio, pero estaba atrapada entre Ares quien tenía a Enio sobre su pecho e Ilitía que estaba en mi costado justo en medio de ambos y Hebe que estaba a mi otro costado. Alcé mi rostro aun con los ojos perezosos viendo a Heracles durmiendo cómodamente en el diván frente a la cama.
Hice memoria de cada cosa que había sucedido la noche anterior. Después de que Helios se fuese Ares decidió que se quedaría conmigo, y Hebe por celos también decidió quedarse, por lo que Heracles no se iría sin ella. Mientras alimentaba a las bebés pasamos algunas horas entre risas recordando historias hasta tarde.
Decidí comentarles también que había hablado con Cronos y ambos me apoyaron en la idea de dejarle en libertad para que luchase a nuestro lado más no les dije lo que él y yo habíamos planeado. Cronos se encargaría en su momento de explicar la situación para que estos no nos hiciesen mención de nada.
Mientras que Ares les contó todo lo que Zeus había hecho conmigo a Hebe y Heracles. Le rogué porque no lo hiciese, pero dijo que era necesario que ellos supiesen en la situación que nos encontrábamos, aunque también explicó que había una probabilidad de que algo no estuviese bien con él, más la decepción de Hebe podía verse en su rostro y Heracles solo optó por mantenerse callado.
—Afrodita— escuché a Ares murmurar dormido —No...— rio. Mordí mi labio evitando reventar en carcajadas tanto que lagrimas comenzaron a salir de mis ojos.
Una pequeña risa se escapó de mi boca la cual tapé rápidamente. Ares abrió los ojos con rapidez sin siquiera moverse, únicamente poniendo sus brazos alrededor de Enio. Ladeó su rostro volteando hacía mí y frunció el entrecejo.
—¿Qué sucede? — me vio preocupado —¿Estás llorando? — yo negué reventando en carcajadas.
—Cierren la boca— murmuró Hebe dándose la vuelta. Comencé a toser entre risas e Ilitía gimoteó.
—¿Qué pasa contigo? Le has asustado — Ares hizo una mueca.
—Afrodita no...— hice una mala imitación de su voz. Este abrió los ojos con vergüenza.
—Yo...— tragó saliva.
—¿Es tu novia? — pregunté entornando mis ojos.
—¿Qué? ¡No! — dijo con rapidez.
—Si claro— rodé los ojos acariciando la carita de Ilitía.
La puerta se abrió de golpe asustándonos a los cuatros, Heracles y Hebe se sentaron. Hasta que vimos un Zeus tambaleante entrar. Ares se puso de pie sujetando con cuidado a Enio sobre su pecho.
—Mis amores— me senté —¿Podrían llevar a Enio e Ilitía a tomar el sol? — pregunté a los tres.
—Pero mamá...—.
—Ares haz lo que te digo y acompaña a tu hermana— ordené y este tensó la mandíbula. Zeus caminó como muerto viviente hasta llegar al balcón que daba hacia una pequeña terraza ignorándonos a todos.
Ares movió sus dedos y con su estela carmesí formó una pequeña piedra preciosa parecida a un diamante.
—Solo rómpela y yo vendré— musitó despacio y yo asentí. Hebe tomó a Ilitía de mis brazos y dio un pequeño beso en mi frente. Ella parecía angustiada. Heracles me vio y yo asentí tranquilizándole. Los tres caminaron hasta la puerta donde le cerraron tras de sí.
Tomé aire y me bajé de la cama acomodando el tonto vestido de Caos. Caminé hacía la terraza viéndole con la cabeza recostada en sus brazos viendo hacia abajo. Extendí mi mano temblorosa hacía él, pero antes que le tocase este tomó mi muñeca con fuerza.
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Hera: La caída del sol y el rayo © Libro II
Fantasy💀 🔱 ⚡️ Libro #2 de la saga de Hera Después de la guerra librada contra Cronos y que los tres dioses Zeus, Hades y Poseidón se repartiesen los mundos, los tiempos de paz reinaron por décadas, hasta que el caos inminente volvió a amenazar la estabi...