CAPÍTULO 23

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—DOE—

Encontré a Jungkook sentado en el techo del barco.

– Sabes, estoy empezando a pensar que fuiste tú quien hizo que el Gobernador mantuviera este oxidado fuerte. – dije. – Tú siempre estás aquí afuera.

Jungkook se giró. Había una obvia tristeza en sus ojos, pero había algo más también. Algo que no podía determinar con precisión. – Hoseoki quería venir a verte, pero al tiempo que llegó aquí estaba cansado entonces MiKyung se ofreció ponerlo a dormir una siesta. Imaginé que harías tu camino aquí tarde o temprano. – Jungkook suspiró. – Este lugar es probablemente mi favorito en el mundo, sabes. Nosotros tres pasábamos todo el tiempo aquí cuando éramos niños.

La única cosa que podía hacer por él era escuchar, porque durante los meses pasados él había hecho su parte escuchándome.

– Quiero disculparme, sobre la fiesta. No estuvo bien. No estuve bien. – él puso sus manos en la parte superior de su cabeza y dejó escapar un suspiro. – No debí haber ido junto con el Gobernador y su discurso, especialmente cuando sabía que tu corazón no estaba ahí. – miró hacia el cielo y cerró los ojos como si él estuviera recopilando sus pensamientos. Él volteó de regreso a donde yo estaba parado al muelle. – Yo sólo quería que fuera real. Me dejé llevar. Lo siento, Jimin.

– No tienes que disculparte. Siento que siempre estamos disculpándonos uno con el otro. – dije.

– Probablemente porque lo hacemos. – brincó del techo al muelle. Él se paró en frente de mí con sus manos en los bolsillos delanteros de sus jeans. – Sé porque estás aquí.

–  ¿Lo sabes?

–  Te vas. – Jungkook dijo moviendo su peso de un pie a otro.

– Sí, me voy. – respondí. – Nunca se sintió bien para mí estar aquí y entre más recuerdo, más sé que la decisión correcta para mí es irme.

– Él está vivo. Vas a regresar con él. – dijo Jungkook. No fue una pregunta. Fue una afirmación.

–  ¿Cómo lo sabes? – pregunté.

–  Lo vi anoche.

Me mordí el labio inferior. – Sí, voy a regresar con él.

Jungkook sacudió su cabeza y descansó su frente en su palma.

– Supongo que esto cambia todo.

– Si algo he aprendido a lo largo de los últimos seis meses, es que la familia puede significar muchas cosas. Sólo porque no estemos juntos, no significa que no podamos ser una familia, Jungkook. Familia es la que tú haces, lo que tú quieres que sea.

– Eso no es verdad, porque quiero esa sea tú. – dijo él, alcanzando mi mano y levantándola en la suya como si la estuviera estudiando. Como si quisiera ver a cualquier lugar menos a mis ojos.

– Puede ser yo. Seguiré estando en tu vida. Simplemente no de la forma en la que tú estás pensando que yo debería estar. – le recordé.

– ¿Puedo asumir que él va a venir a recogerlos? – Jungkook preguntó. – A menos que mágicamente hayas aprendido a manejar recientemente.

– Tuviste que haberme dicho eso antes. Traté de conducir el auto de mi madre y sólo logré encender el motor antes de darme cuenta que eso era todo lo que sabía cómo hacer. – lo miré socarronamente. – Estás tomándote esto muy bien, Jungkook.

Me jaló en un abrazo y descansó su barbilla arriba de mi cabeza, presionando mi rostro en su pecho.

– Te amo, Jimin. – dijo. Lágrimas brotaron de mis ojos. Jungkook había sido un buen amigo y realmente iba a extrañarlo, pero estaba listo para dejar de extrañar a Suga.

02. EL TIRANO ||YOONMIN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora