El verano no podía terminar de peor manera para SeokJin, tomando por accidente el celular equivocado.
La situación empeora cuando descubre que el celular pertenece a YoonGi, un egocéntrico y repulsivo chico que se llevó también su celular.
A regañad...
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— Próxima parada, Busan. Busan, próxima parada —anunció una voz electrónica por el altavoz del tren.
— Hogar, dulce hogar —dijo SeokJin. Miró a YoonGi, que seguía dormido en el asiento contiguo—. Yoon, despierta —le canturreó al oído.
Jin gozaba de una energía asombrosa, a pesar de que se había quedado levantado durante horas para jugar videojuegos con algunos estudiantes de la residencia. Si la universidad era eso, podría acostumbrarse a ella.
— Déjame —farfulló el otro.
— YoonGi —repitió, esta vez más alto. Como seguía sin moverse, le dio un codazo en un costado—. Duermes como un tronco.
— Si fuera un tronco, ¿me dejarías dormir?
— Tienes que espabilarte o se nos pasará la parada.
Se desperezó justo cuando el tren se detenía. Tomaron su equipaje del compartimento superior y bajaron al andén.
— ¿Quieres que te lleve a casa? —le preguntó YoonGi, rebuscando las llaves de su coche en la mochila.
— Viene mi hermano.
— ¿SeHun? —preguntó con nerviosismo. De pronto parecía completamente despierto.
— Tendría que estar aquí ya. Le envié la hora de llegada del tren en un mensaje.
Súbitamente, YoonGi agarró a SeokJin de los hombros con ambas manos, obligándolo a mirarlo.
— Jin... yo-o... —titubeó y se frotó la cara con la mano—. Mierda. Okey, escucha, yo... —se quedó sin voz, con una expresión ligeramente incómoda.
— ¿Me quieres decir cuál es el problema? No vas a conocer a mi familia ni nada de eso.
— Jin...
Los ojos del nombrado brillaron cuando vio a su hermano. Meneó el brazo en el aire, intentando captar su atención
— ¡Hun! —gritó.
Este le hizo una seña con la barbilla y avanzó hacia ellos.
— Jin —dijo YoonGi con urgencia, sacudiéndole los hombros—. Escúchame. Tengo algo que decirte...
— Hola, Seoks —saludó SeHun mientras se acercaba a ellos.
Los ojos de YoonGi se cerraron durante un breve segundo, su expresión era una mezcla de resignación y terror.
