Capitulo I

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Un mes había pasado desde que Castiel dio su vida para salvar a Dean de la muerte, y como cada noche se sentaba en la orilla de su cama a ver una silla vacía la cual muchas veces ocupo el ángel para vigilar sus sueños, en su mente solo se repetían las ultimas palabras que le dijo antes de ser tomado por el vacío junto con Billie un te amo y el no era un hombre de sentimientos aunque en pocas ocasiones llego a sentir algo como eso pero esas palabras lo dejaron muerto como era posible que alguien como el fuera amado por alguien tan puro como lo era Cas. Los hombres nunca fueron de su atención y Dean juraría que si otra persona le fuera dicho esas palabras seguro hubiera sentido inquietud o algo de desprecio solo que en estos días no las sentía en cambio sentía un vacío que ni la mejor compañía femenina podía llenar, el sonido de la puerta de su habitación lo hizo girar a ver a su hermano Sam entrar con ella mirándolo como había hecho durante todos estos días desde que fue salvado con pena como si en vez de perder a su amigo en ese lugar también había perdido una parte de su hermano.

–¿Algún caso, Sammy? – fue lo único que dijo antes de levantarse y dirigirse a la pequeña nevera en un rincón de la habitación donde guardaba sus cervezas cortesía de un viejo amigo cazador.

–No, y no vine por eso. Te has dado cuenta que ya amaneció – Sam señala un reloj digital que esta al lado de la cama eran las siete de la mañana, pero al mayor de los hermanos le resto importancia y tomo un sorbo de cerveza – ¡Dean! No puedes seguir así, él te salvo la vida por voluntad y aunque yo también lo extraño estoy seguro que el hubiera querido que tu estuvieras bien no solo mirando a la nada – expreso con tristeza, no sabía que había pasado en realidad al parecer su hermano le oculto muchos detalles de lo que paso en realidad como era habitual en él hasta que un día no pudiera más y lo contaría así que esperaría ese momento siempre lo hacía.

No obtuvo ninguna respuesta inmediata solo un silencio que, si hizo tenso entre los dos, quizás ya había perdido a su hermano por completo ellos eran una familia y otra vez la habían perdido la vida era una perra con ellos, los momentos tranquilos eran contados. El sonido de la botella lanzada contra la pared fue la señal que vendrían gritos, pero fue todo lo contrario, miro a Dean y no creyó ver lo que tenia al frente ese hombre rudo y que se hacia cargo de todos estaba de rodillas llorando sin parar era algo que no pensaría ver, sus emociones a flor de piel.

–No me importa lo que piense, no me importa – sollozo Dean mirando a su hermano al parecer no podía más –él no tenía el derecho de decirme tantas cosas y luego irse así, no sabiendo lo que tenía que responder le, tenia que saber lo que yo sentía, pero ahora no importa ya nada importa – murmuro las ultimas palabras antes de pasar sus manos por su rostro, quería dejar de sentirse mal pero no sabia la manera de como hacerlo ni llorando podía.

Sam solo se quedó mirándolo sin saber que hacer en esta situación tan nueva, no era que su hermano fuera cariñoso pero el momento lo ameritaba así que solo camino hacia él y se colocó de cuclillas colocando su mano en su hombro, una idea paso por su cabeza era loca pero que no lo era en su vida, cualquier persona normal vería sus vidas como una novela de ficción así que mando al diablo todo razonamiento lógico antes de hablar –no se que paso en ese lugar, pero estoy seguro de algo hemos peleado con personas poderosas como Dios y si para que estés en paz debemos buscar a Cas en el mismo vacío lo haremos, no seria la primera vez que hacemos algo idiota – comenta con una sonrisa en su rostro, esa era su vida hacer cosas imposibles e imagínales realidad y mas por lo que ellos querían. 

Destinos DistintosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora