4.- Con las manos en la masa

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Los domingos eran mis días de descanso, pero esta ocasión tendría una visita de mi jefe. Eran pasadas las ocho de la mañana, aún tenía tiempo de arreglarme y verme como un ser humano decente o ese era el plan hasta que oí la puerta de mi balcón abrirse, siendo el quinceavo piso solo había una persona que podía acceder por ahí. Y era la única persona que no quería que me viera en esta ropa.

-¡AH! ¡ESTÁS USANDO UNA DE MIS CAMISETAS!!- Estaba maldiciendo en mis adentros, lo única cosa que él nunca debería enterarse que poseía, la estaba viendo en este momento -La tengo porque la compre en la zona de rebajas, era una buena oferta- Me excuse con los brazos cruzados.

-Mentirosa- Me dijo aun dando pequeños golpes con el pie -Estoy en la cima del estrellato, cualquiera pagaría precios altos por mi mercancía, sería una movida estúpida por parte del gerente- Se agacho un poco para poder ver mi rostro y que por alguna razón esta acción hizo que me sonrojara.

-Bien, la compre porque me gustó el diseño. Además ¿qué haces tan temprano aquí?-. A ser verdad, después de las primeras veces que vino a mi departamento le dije que podría entrar siempre que le apeteciera, por esa razón dejaba las puertas de cristal sin seguro.

-Bueno hoy tengo el día libre, así que pensé en traer algo de comida y desayunar juntos- Cuando menciono la palabra desayuno mi estómago hizo un ruido indescriptible, y por si fuera poco empeoro mi sonrojo.

El alado solo se limitó a reír un poco para sacar las cajas de comida de la bolsa que traía consigo. -¿Tienes café?- para ser sincera la comida olía delicioso.

-En el refrigerador- señale con mi dedo índice, la verdad es que sus visitas eran frecuentes, así que tenía café enlatado en el refrigerador para cada vez que le apeteciera aparecer en mi balcón para una charla rápida.

-¡Tienes demasiados postres!-

-No son tantos, además es de las primeras cosas que comí cuando me "rescataron" y por ende es mi comida favorita.- No dijo nada después de eso, saco las latas para entregarme una.

Ambos tomamos asiento en la barra de la cocina, sus alas ocupaban mucho espacio dentro de mi reducido departamento. -Te vez linda con el cabello suelto, estoy acostumbrado a verte con tu vestimenta formal- dijo sin apartar la mirada de su platillo.

-Lo dices porque estoy usando una camiseta con tu imagen- dije señalando hacia su dirección con el tenedor -Probablemente- contestó en un tono burlón.

Arrugue la nariz ante su comentario, todos los nervios que había sentido los días anteriores desaparecieron, realmente disfrutaba de su compañía a cualquier hora, menos cuando intento llevarme volando.

La comida que había traído el gran héroe número dos desapareció antes de que me diera cuenta. - Y dime muñeca, ¿qué haces normalmente en tus días libres?- apoyo su cabeza en sus manos, podía sentir su filosa mirada sobre mi, mientras ordenaba un poco la cocina, me ponía algo nerviosa tener que ser cuestionada -normalmente me reúno con ereaserhead para hablar sobre lo que pasa en mi semana-

-Ustedes dos son muy cercanos ¿verdad?- está intentando hurgar sobre mi pasado -se podría decir, él es lo más cercano que tengo a una figura paterna decente-

-ya veo- fue lo único que dijo antes de levantarse por otro café de mi refrigerador. -eso no estaba la última vez que vine-

Había señalado la esquina de la sala de estar donde estaba mi caballete, había olvidado guardarlo la noche anterior. -No sabía que pintabas- dijo bebiendo de la lata que tenía en su mano.

Kotori | Hawks x T/NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora