CAPÍTULO 18 | SU ÁRBOL |

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Seguí a Tom como lo dijo, atravesamos el patio central hasta llegar a la cancha enorme. Él se detuvo frente al portón enorme qué dejaba entrar a la cancha, lo analizó unos segundos y lo empujo, no consiguió nada.

— ¿qué tratas de hacer? — pregunté confundida.

— ¿entrar? — comentó sarcástico.

— es imposible, está cerrado y...

El sonido del porton me interrumpió, lo había abierto.

— pero-

— shh — susurró Tom dandome la mano y arrastrandome hacia adentro.

— conozco está cancha al revés y al derecho — volvió a susurrar sonriente.

Caminamos a través de la cancha hasta llegar al otro extremo de la muralla.

— ¿por qué estamos aquí? — pregunté aún mas confundida, ya que si atravesabamos esa muralla, pasabamos a un lugar qué sólo tenia una reja para salir del campamento. Era territorio prohibido.

— hay qué saltar éstá muralla — dijo despacio.

— no — dije dando un paso atrás — nos expulsarán del campamento, estamos saliendo

— no vamos a salir — aseguró.

— aún asi es arriesgado — comenté un poco asustada. Me imaginaba a mi madre gritandome por qué me habían expulsado del campamento.

— ¿y? hay que arriesgarse — sonrió seguro.

Nos quedamos mirando en silencio, definitivamente no me iba a convencer, no queria arriesgarme para qué luego me expulsaran. No, No y No.

(...)

— no puedo creer qué me hayas convencido de esto — comenté seria.

Él estaba con sus dos manos juntas y yo puse mi pie en ellas, me levanto con agilidad hasta qué quede sentada arriba de la muralla.

— ¿pretendes qué salte? — pregunté mirandolo hacia abajo.

— si — sonrió inocente.

— ¿estas loco? — dije alterada.

— entonces no te muevas de ahí

Levantó sus manos mientras estaba en la punta de sus pies y con agilidad se subió a la muralla haciendo qué los musculos de sus brazos se marcaran y su espalda se hiciera más grande de lo normal. Quedo sentado a mi lado en la muralla y luego saltó doblando sus rodillas hacia el otro lado del muro.

— no es tan alto, salta — dijo mirandome desde ahí abajo.

Negué con la cabeza con una sonrisa inocente. El sonrió con una ceja levantada y estiró sus brazos.

— vamos, yo te sostendre — dijo alzando sus manos.

— no, estas loco. Me rompere una pierna — contesté con temor.

— no dejare qué te caigas — aseguró.

— no te creo, tú quieres matarme — entrecerre mis ojos.

— confía en mi — contestó con una voz grave, estirando más sus manos y tocando mis canillas.

— está bien — dije tratando de darme vuelta para bajar dandole la espalda y de frente a la muralla, según yo eso era más fácil.

Ganar perdiendo | Tom HollandTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon