𝕰𝖑 𝕯𝖊𝖘𝖕𝖊𝖗𝖙𝖆𝖗 𝕯𝖊 𝕷𝖆 𝕭𝖊𝖘𝖙𝖎𝖆

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En el momento en que salieron ambas mujeres de la villa, Bastian se dirigió hasta la mansión Kozlov, en donde vio a su amigo trabajando en su laptop en una de las mesas que se encontraban cerca al jardín, frente a su casa, por lo que sin más se acercó hasta esté, quien al verlo le sonrió de manera pícara y divertida.

En ellos no importaba cuantos años pasarán por ambos, siempre Andreį sería el inmaduro y Bastian el iceberg, pero ante todo amigos inseparables.

-Desde que Maïa está en su vida, el señor no se dignaba a visitar a los sangre roja, por que como ahora se cree que sangre azul -fue el saludo de su amigo 《típico》 pensó Bastian quien lo ignoró y bajo su atenta mirada se sentó frente a él dejando de por medio la mesa de madera.

-He hablado con ella acerca del tema de los hijos, lo cuál resultó mucho mejor de lo que pensaba, ella al igual que yo no se ve en un futuro como madre y eso me tranquiliza -respondió cruzando su pierna derecha sobre la izquierda, mientras dejaba descansar un poco su espalda sobre la silla, quedando frente a Andreį.

-Eso es un punto muy a tú favor, por que simplemente de nosotros somos esta generación y punto... Bas -le llamo su amigo, mientras el mencionado lo vio reclinar su cuerpo colocando a su vez sus brazos por encima de la mesa, al mismo tiempo que lo miraba algo pensativo.

》¿No has pensando que está calma que nos rodea respecto a tú boda es extraña? Lo digo por que existen enemigos y locas, que siempre se opondrán a tú unión, empezando por Nazly, Aņieli, pero no olvidemos a Carlo, quien tiene en claro que tú eres la amenaza, pero que la mujer que un día él quiso que fuera su defensa hoy es tú prometida y como si fuera muy poco tiene muy en claro quien es ella y no en la vida del Bratvá.

-Lo sé y créeme que he estado pensando esto todos estos días, pero en especial esa extraña unión de todos ellos, lo que planean no es cosa de simple juego, eso es más que obvió, solo se que quien se atreva a tocar a mi mujer es cadáver -agregó un poco frustrado ante ese solo pensamiento que calaba su cerebro.

-Mira esto -se levanto Andreį a la vez que le extendía su celular, en el cuál habían unas imágenes de los últimos movimientos de Nazly.

》En las últimas treinta y dos horas ha hecho dos movimientos, primero que todo te aclaro que desde el viaje a Corea del norte ella se marchó a Turquía, pero tengo un registro nuevo de un viaje a Marruecos en donde solo estuvo tres horas y media, por que luego tomó en su jet privado un vuelo a Rusia -explicó mientras Bastian aún tenía su mirada enfocada en la pantalla táctil.

》Lo extraño de su viaje a Marruecos es que no solo tuvo una duración de tres horas y media, sino que bajando del jet se dirigió a un parque común, habló unos segundos por celular y dejo un sobre encima de una mesa junto al celular y devuelta al aeropuerto.

-¿Que crees tú que está planeando? -Preguntó un poco alarmado ante lo evidente.

-Lo obvió, que te vas a casar ya lo sabe y que lo impedirá estoy seguro -le confirmo un tanto calmado -pero tranquilo la tengo en mira, lo problemático a esto es que tiene mucho personal últimamente a su disposición el cuál cuida de ella y su familia, que por cierto su padre y tú por así decirlo suegro, viven en el mismo lugar junto a ella, aquí en San Petersburgo.

Aquello era un tema importante, pero el sonido chirriante de las ruedas del Volvo de Evangly alarmó a los masculino, quienes de inmediato se levantaron en búsqueda de la única mujer que aún permanecía en el automóvil, siendo estos quienes sentían comos sus alarmas se encendían ante la situación.

Evangly claramente había llorado, aparte de que sus manos aún sobre el volante estaban temblorosas y con su mirada fija en un punto mirando hacía el infinito, por lo que Andreį preocupado se dirigió hacía su mujer abriendo la puerta pilotó para tomarla entre sus brazos mientras está sollozaba en su regazo.

𝖀𝖓𝖆 𝖆𝖇𝖔𝖌𝖆𝖉𝖆 𝖕𝖆𝖗𝖆 𝖊𝖑 𝔹ℝ𝔸𝕋𝕍ÁDonde viven las historias. Descúbrelo ahora